Capitulo 1.

4 1 1
                                    


La noche estaba muy fría, intente abrigarme lo mas posible pero todo era en vano, el frío se estaba colando entre mis huesos, después de todo salir de casa en plena nevada no fue muy buena idea, veo a Lina despedirse de mi antes de colarse con el multo de gente caminando del otro lado de la calle, doy media vuelta para emprender mi camino a casa, pensando si puedo hacer otra cosa, no quiero ir allí.

Camino a paso rápido temblando de frío, teniendo cuidado, el piso esta resbaloso, miro mis manos abrigadas con unos guantes que no me ayudan mucho con el frío, lo segundo que veo antes de embriagarme en completa oscuridad es una figura negra frente a mi.

***

Una luz  tenue me obliga a abrir los ojos, miro alrededor desconcertada, mis ojos se abren de repente al ver que estoy en una habitación totalmente blanca y vacía salvo la cama donde estoy, un retrete, lavamanos y bañera a mi derecha, mi corazón comienza a latir temiendo lo peor, me levanto de la cama de manera apresurada, percatándome que solo tengo puesto un pequeño vestido blanco, unos centímetros mas arriba de mis rodillas y mis medias blancas. Mis ojos comienzan a escocerse mientras intento mantener la calma. Mis lagrimas acumuladas hace varios segundos escapan al no ver ninguna salida. Veo unas cámaras bastantes diminutas y camuflables en cada esquina del cuarto.

—Auxilio—me animo a decir con la voz lo suficientemente alta, pero no recibo respuesta,

Tiro un grito ahogado, mientras siento todo mi cuerpo pesado y muchas ganas de vomitar, comienzo a buscar como loca una salida. Debajo de la cama, en cada puta esquina, no hay nada, que diablos esto, siento subir a mi garganta todo lo que he comido, pero nada sale a pesar de mis intolerantes arcadas.

Ayúdame, Dios.

Me siento en el piso al borde de la locura, gritando ayuda de manera desenfrenada.

Esto es lo que querías, no? Lisie.

Nunca podrás escapar de mi.

Eres una puta.

—¡Déjame salir!—grito con toda mi rabia.

—Al fin despertaste, Lisie.

Me incorporo de manera apresurada, buscando como loca de donde vino la voz.

—¿Que quieres de mi? Déjame salir—digo desesperada buscando la voz.

—¿Salir?—Su voz suena calmada, neutra—. ¿No te gusta lo que ves?

—Que quieres de mi? Porque estoy aquí? No tengo dinero que ofrecer—Intento convencer.

—Lo único que quiero esta aquí, conmigo—Su voz es tan calmada que asusta, mis ojos comienza a aguarse nuevamente.

—Marco, por favor, déjame salir—suplico entre llantos, mirando directo a una de las cámaras.

—¿Marco? Oh querida, no soy marco. Nunca mas en tu vida volverás a ver a esa escoria.

Parpadeo varias veces, dejando escapar varias lagrimas en el camino.

—¿Entonces quien eres? ¿Por que no me dejas salir?—Inquiero perpleja, el doble de asustada.

—Porque te necesito aquí.

Mi cuerpo comienza a temblar de manera inhumana, mi vista se ciega por las lagrimas, me dejo caer en el piso dejando salir todo el miedo que tengo con mis llantos, la voz no volvió a hablar.

Flashback:

Tenia puestos los tacones favoritos de mama, aunque me quedaban muy grandes, me sentía mas alta, camino por la sala como si fuera una diva, mientras veía Tom & Jerry  en la televisión, de repente escucho la puerta abrirse, intento correr como puedo pero fracaso al tropezar y caer al duro suelo.

 —Lisie de por dios!—escucho la voz de mi madre, suena enfadada.

Volteo mi vista, mis ojos se abren de curiosidad al ver que no vino sola, un hombre esta detrás de ella, mirándome con diversión y curiosidad.

—Discúlpame marco, ella es mi hija Anelisie, es un poco inquieta.

—No te preocupes, me gustan los niños—dice el hombre mostrando sus dientes. Mama le sonríe mientras me hace una seña de que me vaya a mi habitación.

—Y guarda mis tacones en mi habitación!—me grita mientras avanzo a los aposentos.

Pero en vez de guardas sus zapatos, me los llevo conmigo, no sin antes darle una señal de silencio al hombre que continuaba mirándome divertido, imita mi seña y desaparezco en mi pequeña habitación.

Fin de Flashback.

Me sentía cansada, mis ojos me pesaban, mi respiración subía y bajaba, mi cabeza apoyada en la orilla de la cama, como una muñeca tirada.

—¿Donde estoy?—pregunto resignada.

—Estas en la habitación de la Felicidad.

***

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Oct 23, 2019 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

La Habitación de la FelicidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora