Capítulo 1.

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Sus ojos se abrieron de forma brusca y rápidamente recorrieron todo el lugar intentado reconocerlo, pero no tuvo éxito pues, además de que todo estaba en penumbras y casi no pudo ver, no recordaba haber estado nunca en un lugar como ese antes.

El lugar tenía una pequeña ventana, por la cual entraban algunos halos de luz, frente a la ventana se podía observar una puerta de hierro, la cualidad medía al menos dos metros de alto. Dentro de aquella habitación había tuberías cerca del techo, lo que le hacía creer que podría estar en una especie de sótano. De un lado de la habitación había una gran cantidad de, lo que parecían ser, muebles viejos cubiertos con sábanas blancas. Sobre una de las paredes del fondo había un enorme armario de roble macizo, tenía dos puertas y algunos cajones, parecía ser antiguo. Lo más notorio en aquel lugar, era el putrefacto y asqueroso olor a carne podrida que lo hizo querer vomitar. 

Dejando de lado aquel horrible y perturbador lugar en el que se perdió, intento recordar cómo fue que llegó allí, así que mentalmente regresó sobre sus pasos acerca de lo que hizo, donde estuvo y con quien esa mañana.

Su mañana había tenido como cualquier otra, el despertador había sonado a la misma hora de todos los días. Él al igual que cada mañana ...

...se levantó y se dirigió al baño para darse una ducha matutina y así poder despertarse finalmente.

Luego de unos veinte minutos salió del baño ya listo para ir a desayunar, por lo que se encaminó al piso de abajo donde sus padres ya lo esperaban.

Su madre había preparado huevos revueltos, café, jugo de naranja y algunas tostadas.

Desayunaron metidos en una fluida y cómoda conversación, la cual se alargó demasiado y cuando Aaron se acordó de la hora, tuvo que salir a toda prisa, pues sino llegaría demasiado tarde.

Las primeras calles de su recorrido, si bien tuvieron un ritmo algo acelerado, las recorrió tranquilo, pero cuando le faltaban solo dos calles para llegar al instituto, notó algo extraño.

Detrás de él venía una camioneta de color negro con vidrios del mismo color y con una velocidad muy lenta, lo cual lo alarmó y le hizo estremecer.

Sin pensarlo dos veces echó a correr hacia su instituto, y aunque pudo notar que aquel vehículo también aumentó su velocidad, no se detuvo por nada. 

Cuando paró por fin su carrera, fue solo cuando pudo visualizar su instituto luego de doblar en una esquina. Al ver que solo le faltaban unos pocos metros para llegar, no pudo evitar soltar un suspiro que ni siquiera podría estar reteniendo.

Con una profunda inspiración decide voltearse lentamente para poder visualizar nuevamente a esa extraña camioneta, pero allí no había nada.

¿Lo había imaginado?

De ser así, se había sentido muy real. Negando con la cabeza, se volteó nuevamente en dirección a su escuela, con la intención de seguir caminando, pero no llegó dar ni un solo paso; pues un fuerte dolor que se hizo presente en la parte trasera de su cabeza se lo impidió.

Su último recuerdo de ese momento es como su cuerpo comenzaba a sentirse liviano y caía en el suelo y finalmente todo se volvió negro.

Ese es su último recuerdo antes de despertar en aquel tétrico y solitario lugar. Aún no podía creer que el hecho de haber sido secuestrado, es algo que él jamás podría haber imaginado que le ocurriría y menos a plena luz del día.

SanatorioWhere stories live. Discover now