Su caligrafía, su amor, su ternura impregnadas en papel. Solo me quedan tus recuerdos y cartas que me guían a aprender a vivir en un nuevo mundo y a no sentirme Perdido sin ti.
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Las fiestas a las que me invitaba Chris eran un tanto aburridas al menos para mi, pero esa noche fue distinta.
Se me había hecho extraño que Camila la novia de Chris no estuviera aquí con él pero según me dijo tenía que pasar a buscar a una amiga.
Estaba sentado tomando tomando una bebida, Chris me estaba hablando de algo pero casi no lo escuchaba por la música, la verdad es que estaba cansado no quería venir, pero el cabeza dura me había insistido tanto que no me pude rehusar terminé la última presentación de una obra y vine.
Instintivamente corrí mi vista hacia la puerta de entrada Camila venía junto a una joven muy hermosa. No podía dejar de mirar a aquella muchacha, se veía explendida con ese simple vestido azul. Se quedaron en la barra de tragos ella estaba parada hablando con Cami, se la veía algo incómoda o eso noté. Me sentía un acosador pero no podía despegar mi vista de ella, morena de estatura media y con una sonrisa que podría dejar enbobado a cualquiera.
Veía como platicaban, cuando su vista se poso en mi entre tanta gente, Chris se me acerco para decirme que me la iba a presentar, eso me hizo sentir un tanto nervioso, Sabía que algo se traía.
A lo lejos pude ver cómo sonreía tímidamente, era el momento oportuno agarre coraje me levanté y caminé junto a Chris hacia ella, allí me la presento.
— Tom te presento a Skye — ella mantenía su mirada en el suelo con algo de vergüenza, pero aún así podía notar que estaba sonriendo — Skye el es Tom — extendí mi mano hacia ella la cual aceptó.
— Mucho gusto señorita — sus manos eran suaves no quería soltarla.
— Igualmente — contestó, levantó su mirada y pude ver mejor su amplia sonrisa.
Y así comenzó todo, o al menos un poco de mí todo.
