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Mia:

Caden miraba nervioso para todos lados, la casa era un verdadero lujo y en realidad me gustaba, pero prefería mil veces el apartamento de Caden, la chimenea que estaba en frente de un sofá enorme pero no era tan linda como la mini chimenea la del apartamento. Yo estaba parada con un vestido que usaba solo para ir a fiestas y a la disco. Tenia los zapatos que Caden me regalo y estaba peinada con la línea al costado y el pelo planchado. Traía solo el maquillaje común y estaba mas nerviosa que la mierda. Unos 5 minutos mi padre apareció por la puerta que creí que era de la cocina o tal vez alguna habitación.

—Hija pasa, estas en tu casa.—mi padre apareció con los brazos abiertos y me dieron ganas de correr y abrazarlo.

—Hola papa.—el sonrío y sus ojos brillaron, no podía llamarlo por su nombre, me causaba algo que no me gustaba.—El es Caden, mi novio.—la cara de Caden estaba partida en dos por una sonrisa, me miraba con los ojos brillantes y en verdad quería arrancarle la ropa ahora mismo, el estomago me ardía y no podía estar mas feliz.

—Mucho gusto señor.—Caden le tenido la mano y mi padre la recibió simpático.

—Hola muchacho, puedes llamarme George.—le dijo con una sonrisa, nos guío hasta una especie de mini bar.

Ahí estaba su esposa, una mujer mucho mas joven que mi mama. Vi que miro a Caden con una sonrisa y cuando me miro su sonrisa se ensancho.

—¡Mía! ¡Querida!.—el tono de su voz no me gusto, era el típico acento de persona rica, algo que mi padre hasta donde recordaba, no era.

—Hola Jannin.—sonreí lo mas amable que pude y mire a Caden, el miraba las piernas de la señora de mi padre, fruncí el seño y le pegue un codazo.

—No estaba mirando sus piernas, solo que...—le di la espalda y me acerque a uno de los mini sillones que estaba al lado de la barra.

—Bueno, en un rato estará la cena. Si quieren pueden quedarse aquí, ¿Algo para tomar?—mi padre nos miro y yo asenti.

—Una cerveza.—mi papa y Jannin me miraban con una expresión de sorpresa.—Si es posible Corona.—Caden sonrio sentandose a mi lado.

—Quiero lo mismo.—George asintió y saco de su mini bar dos cervezas.

Una cerveza y media después, la cena estaba lista y yo estaba preparada para comer, estaba muerta de hambre y sabia que Caden también, desde que nos levantamos habíamos estado tan nerviosos que no habíamos comido nada en todo el día. Nos sentamos en la amplia mesa, mi padre en la cabecera, Jannin a su lado y yo del otro, Caden estaba en la otra punta de la mesa, al menos cabían dos personas mas al lado de cada uno. Una ensalada nos recibió como primer plato, algo que no comí ya que odio todas las verduras que se encontraban en mi plato.

—¿No comes?—Jannin y su vanidoso tono resonaron en toda la habitación.

—No, no me gustan las verduras.—Sonrei tratando de ser amable.

—Ella abrió los ojos con sorpresa, como si nunca hubiese conocido a un adolscente que no le gustaran las verduras.—¿Tu madre no te hace comer verduras?—Aprete el tenedor en mi mano y suspire.

—Sin contar que mi madre esta muerta, no. ¿Algun problema con eso?—sonreí sarcástica y sentí como Caden clavaba su mirada en mi.

—Los niños que están en pleno crecimiento necesitan verduras, fue un poco irresponsable de parte de tu madre no darte verduras.—La mesa quedo en silencio y suspire, conté hasta 10 para no levantarme sacar el arma que estaba en el pantalón de Caden y apuntarle diciéndoles que no era su puta problema. Tal vez un poco del mal humor de Caden se me había pegado.

—¿Tienes hijos?—Ella fijo su mirada en mi y nego incomoda.—Entonces supongo que no importa si crees eso, no tienes hijos y yo salí perfectamente sana comiendo solo las verduras que me gustan.—mi padre me miro con los ojos abiertos.

Antes de que el pudiera regañarme, un chico retiro mi plato y antes de irse me guiño el ojo haciendo que Caden gruñera, dos minutos después apareció con un plato de agua, Caden me miro y yo fruncí los hombros, preste atención a lo que hacían Jannin y papa y ellos se estaban lavando las manos en el plato, vi a Caden fruncir el ceño e imite la acción con una carcajada atorada en mi garganta. Esta vez retiraron los platos y nos trajeron un plato de pasta con salsa y una hoja encima, también nos sirvieron vino blanco. Tome un poco de vino y sin querer, juro que fue sin querer, un eructo se me escapo, todos levantaron la cabeza asombrados.

—Lo siento mucho.—mis mejillas estaban sonrojadas y Caden me miraba con una sonrisa.

—Mejor afuera que adentro.—Ambos largamos una carcajada y mi padre reprimió una sonrisa, sin embargo Jannin frunció el ceño y arrugo la nariz con asco.

Solo mia. #SagaBrothers. 1.1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora