Bride to Be (NaLu Fanfiction)

IV

"Es asombroso
Que en un abrir y cerrar de ojos, finalmente ves la luz.
Es asombroso
Cuando llega el momento en que sepas que estarás bien"
Amazing
Aerosmith

Ignia: Espero que al regresar de ese estúpido crucero te pongas a trabajar en el traspaso.

Ella detestaba hablar con su prometido pero sino lo hacía las consecuencias vendrían después.

Lucy: No es mi culpa que mi padre decidiera darme un crucero de regalo de bodas.

Ignia: No estoy convencido del todo con esa excusa del crucero, por un momento pensé que habías logrado hablar con él sin que me diera cuenta.

Lucy: Tienes todas mis redes de comunicación intersectadas, ¿cómo podría hablar con él?

Ignia: Pudieses encontrar la forma. Aunque de nada serviría, cualquier cosa que hagas en mi contra sabes como terminara.

La rubia quizo dar un grito de desesperación. Lastimosamente, este se quedo atrapado en su garganta. Las lágrimas de desesperación amenazaban con salir pero no quería darle la satisfacción de demostrarle el miedo que le tenía.

Lucy: Yo sé... pero ¡Por favor, Ignia te lo ruego...!

Ignia: ¡Sabes que tus ruegos no resuelven nada!

Y en eso él tenía razón. Los recuerdos de las veces que la ha tomado a la fuerza llegaron su mente causándole un fuerte dolor en su pecho. A veces, ella sentía asco de sí misma por no actuar contra desalmado. Ese hombre esta tan cegado por la ambición que lo único que puede satisfacerlo es el dinero.

Ignia: ... Eso me recuerda, ¿ya te hiciste la prueba de embarazo? Entre más pronto tengamos un bebé, más pronto dejará tu padre de trabajar en la empresa con tal de cuidar al bastardo.

Y lo que ella menos deseaba era un hijo con ese hombre. Ha hecho una y mil cosas caseras para no concebir. Incluso se ha colocado esas pastillas para la acidez, con tal de no quedar embarazada.

Lucy: Fue negativo.

Ella bajo su voz, esperando su violenta reacción.

Ignia: ¡Maldita sea Lucy, ni para tener bebés sirves!

La rubia respiró profundamente para ahogar su chillido. Se odiaba tanto a sí misma por soportar tanta humillación.

Ignia: Bueno, seguiremos intentando cuando regreses.

A la chica se le aceleró el pulso y sus manos temblaban de terror ante sus palabras.

Lucy: Como... digas... Ignia.

Ignia: Así me gusta, espero disfrutes de tu crucero, Cariño...

Y sin agregar más, él colgó. La rubia respiró profundamente en un intento vano de calmarse. Lentamente, ella bajó su teléfono mirando su fondo de pantalla. Una foto de su madre y padre, amaba esa foto.

Se miraban muy felices y ella deseaba esa felicidad de dos personas que se aman sin importar nada. Lastimosamente, Ignia se tuvo que cruzar en su camino. Nuevamente las lágrimas amenazaban con recorrer su rostro pero en ese momento alguien llamó a la puerta.