Fluttershy le muestra a Pinkie su pasión secreta y la colección más preciada, pero ¿Puede Pinkie apreciar la belleza de lo que está a punto de experimentar?
Autor original: Adcoon
- ¡Traje cupcakes! - Pinkie dejó caer la canasta de picnic en el suelo y saltó alrededor de Fluttershy con alegría extática.
El pegaso amarillo apartó la mirada tímidamente - Oh Pinkie, no tenías que hacerlo. Sin embargo, siempre haces los mejores pastelitos.
El pony rosa de la fiesta se rió y levantó una golosina blanca con glaseado de limón - ¡Son los ingredientes secretos que uso! ¡Aquí, hice esto solo para ti! ¡Solo sé que te va a encantar!
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Fluttershy sonrió suavemente y olisqueó el pastelito - Mm, se ve delicioso, Pinkie. Lo guardaré para más tarde, si no te importa. Quiero saborear cada bocado. Ven ... - Fluttershy se dio la vuelta y entró.
Pinkie recogió la canasta de pastelitos y la siguió, saltando ansiosamente. - Ooh, dijiste que querías mostrarme algo. ¿Qué es, qué es? ¿Está adentro?.
Fluttershy condujo a la pony saltadora a su acogedora cabaña. Era un día maravilloso y soleado y la cabaña estaba llena de vida cuando pequeños bichos entraban y salían corriendo por las ventanas, puertas y agujeros, jugando y retozando en el cálido aire del verano mientras los pájaros cantaban en las vigas. Pinkie dio vueltas y vueltas, casi cayendo sobre sus propios cascos en la emoción. Fluttershy se detuvo frente al horno de piedra.
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Pinkie ladeó la cabeza - ¿El horno? ¿Quieres ... hornear?.
Fluttershy se rio suavemente - Por supuesto que no, Pinkie. Sabía que podía contar contigo para traer algo de comer, incluso si no era necesario. Espera ... - La pegaso revolvió un poco sus alas plumosas y se empujó contra el costado del pesado horno. Con un ruido lento y chirriante, el horno se deslizó hacia un lado, revelando una trampilla secreta debajo.
Pinkie lo miró con los ojos muy abiertos - Ooh ... ¡espacios deslizantes súper secretos! ¿Qué hay ahí abajo? ¿Lo es? ¡Oh! ¡Una guarida secreta de superhéroes! ¿Eres una superhéroina secreta?
Fluttershy abrió la trampilla, revelando un tramo de escaleras - Sería una superheroina terrible, ¿no crees, Pinkie? Imagínate - el pegaso amarillo bajó la cabeza, las orejas lo más lejos posible en una imitación perfectamente buena de su tímido yo habitual - Um ... d,disculpe señor asaltante, lo siento ... ¿podría? ser tan amable de no golpear a esa vieja yegua, ya sabes, um, si no te importa.
