Table for Two [SnK AU! Moderno] [ConniexSasha/Springles] (1/4)

05: Postre

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—¿Cepillos de dientes?

—Listos.

—¿Ropa térmica?

—Lista.

—¿Bocadillos para el viaje?

—¡Más que listos!

—Excelente... ¡Waffle, sal de ahí!

Tomó con delicadeza al pequeño gato amarillo que se había metido en la maleta y lo dejó en el suelo a pesar de sus maullidos protestantes.

—¿Me dirás a dónde iremos? —Preguntó Sasha al momento de cerrar una de las dos colosales maletas que tenían sobre la cama.

—Reglas son reglas, Brownie —exclamó Connie en tono solemne.

Llevaba planeando el viaje desde mediados del año pasado y se encontraba entusiasmado, aunque Sasha lo estaba aún más. Se había convertido en un ritual de ambos desaparecer un mes e ir a algún lugar del extranjero. Solo existían dos reglas: cada año se alternaría quién planearía el viaje y el destino debía ser sorpresa.

—Ni siquiera me has dado una pista —reprochó, frunciendo un poco los labios—. Siempre te doy una.

—Pues... —Hizo como si estuviese pensándoselo—. Habrá mucha comida.

—¡Connie!

Dejó salir una carcajada antes de acercarse a ella para besar su mejilla.

—Lo sabrás cuando lleguemos al aeropuerto.

La fecha que de avecinaba era muy importante, por ende debían pasarla en un lugar especial. El año pasado, habían terminado yendo al carnaval de Venecia y pasearon en góndola mientras fuegos artificiales iluminaban el cielo nocturno a la medianoche, algo demasiado mágico para expresarlo con palabras. Esperaba que cuando la fecha llegara, el momento fuera aún mejor.

—No sé si podré dormir de la emoción —confesó ella, bajando su maleta para recargarla contra la pared.

—Has estado despierta desde temprano, seguro que caerás rendida. Solo tenemos... —Miró el reloj en su móvil—. Cinco horas para descansar.

Connie paseó su mirada por la habitación: era pequeña y estaba algo desordenada la mayoría del tiempo, pero se había convertido en un su cuarto favorito del apartamento; tenían un balcón con una vista espectacular de la ciudad, no podían pedir más. Cerró su maleta y la colocó a un lado de la otra. Dejó salir un profundo bostezo. Viajar después del trabajo siempre resultaba una pésima combinación; ya se encargaría de los pendientes cuando arribaran. La vida adulta seguía siendo difícil de digerir, aunque tenía sus ventajas.

—Entonces durmamos —murmuró Sasha, frotándose un ojo con una pizca somnolencia antes de sobresaltarse—. ¡Ah! ¡Pequeño travieso! —Dijo con ternura al agacharse para tomar a Waffle entre sus brazos—. ¿Cuándo entenderás que clavarnos las garras en los tobillos está mal?