Capítulo 4: No soy como todos piensan.

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Narra Sucrette

-Bienvenida.- Sigo los pasos de Nathaniel mientras nos adentramos en su apartamento.

-Sigo sin entender cómo es que me haz convencido para llegar hasta acá.-Digo en voz alta mientras arrastro mi maleta por el piso.

-Es mi capacidad de convencimiento.- Me mira por un segundo y sonríe.- Ponte cómoda.-

-Eres extraño Nathaniel.- Lo observo por un instante, a la par que nuestras inexpresivas miradas se encuentran.

-Lo sé. Gracias, me lo han dicho antes.- Suelta una risita burlona y se tira sobre el sofá. -¿Sabías que las personas que fueron tachadas de  extrañas resultaron ser los mayores genios de la historia?-

-Hitler fue tachado de extraño.- Argumento con la esperanza, casi certeza, de derrocar en mil pedazos su afirmación anterior.

-Y Hitler era un genio de la oratoria.- Contraataca el rubio sin si quiera dirigirme la mirada.

-¿Lo estás defendiendo?- Alzo mi tono de voz con indignación.

-No, simplemente digo la verdad. El hombre era un maestro en el arte del discurso.- Se levanta del sofá y camina hacia la cocina.

-¿Bromeas?- Alzo una ceja. -Era un manipulador que se aprovechó de su pueblo para asesinar de forma masiva a gente inocente.-

-Y todo gracias al poder de la oratoria. Y bueno, en el fondo los alemanes compartían los mismos ideales que él, de otra forma no se habrían convencido tan fácilmente.-

-¿Ahora culpas al pueblo Alemán?-

-Bueno, no existe líder sin subordinados que le sigan.- Nathaniel abre la nevera y saca una lata de soda.

-Por lo visto jamás estaremos de acuerdo.- Pongo los ojos en blanco.

-Por su puesto que no, yo soy un  literato y tú una científica, ¿Qué esperabas?- Abre la lata de soda.

-¿Me estás llamando inculta dentro del campo literario?-

-Básicamente Einstein.- Y en la nada pega un trago enorme.

-No me hagas reír, ¿Literato? ¿Tú? Para eso hay un pequeño requisito cariño, estudiar literatura.-

-Bravo doctora Polo, ¿Qué crees que estudio? ¿Contabilidad?-

-Por favor, hace más de un año que no te paras por la Universidad.-

-Estudio en línea.-

-¿Es en serio? ¿A eso le llamas estudiar?-

-Una carrera online es tan buena como asistir a la Universidad.- Replica él mientras regresa a su anterior posición en el sillón.

-Por su puesto que no, eso no aporta nada a tu desarrollo interpersonal.- Argumento.

-El desarrollo interpersonal se completa durante la adolescencia, ya no lo necesito.-

-Las relaciones interpersonales son cosa de toda la vida, maldito topo de jardinera.-

-Las jardineras no tienen topos.-

-Es un decir, idiota.-

-¿Un decir que te acabas de inventar?- Quedo sin palabras ante su cuestión. Es cierto, tiene toda la jodida razón.

-Me estresas.- Digo sin más.

-Me encantas.- Escupe despreocupadamente, y sin saberlo provoca una extraña sensación en mi interior.

Me mira, se da cuenta de que estoy nerviosa y sonríe.

-Puedes dejar tus cosas en la alcoba.-

-¿Insinúas que voy a dormir contigo?-

Queremos Ambos - Corazón de Melón en la Universidad #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora