Capítulo II: Una segunda oportunidad

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CAPÍTULO II

Atuendo negro como la noche, es tan brillante, penetrante y seductivo. Su cabello dorado cae sobre su frente, las esmeraldas que posee de ojos se esconden detrás de sus cabellos. Es un misterio y le asusta, porque no debería estar cerca de ella, igual es tentador.

Están uno frente al otro, ninguno de los dos sabe quién es y no es culpa de los antifaces que portan.

Narraba dentro de su cabeza, mordiéndose el labio intentando plasmar el sentimiento correcto en el simple boceto que delineaba sobre la hoja

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Narraba dentro de su cabeza, mordiéndose el labio intentando plasmar el sentimiento correcto en el simple boceto que delineaba sobre la hoja.

"Alguien que persigue la verdad como tú, no debe estar con alguien como yo".

–¿Marie? Ya todos se van, ¿te quedarás hasta tarde? –preguntó su compañera de trabajo al permanecer bajo el marco de la puerta, entrando a paso lento para acercarse a apreciar el trabajo sobre la mesa de la chica. Bocetos de las siguientes tiras del cómic y para ser solo trazos y líneas, hablaban muy bien por sí solas–. Es la primera vez que este periódico trabaja con una tira romántica. A la gente le pareció súper intrigante la forma en la que empezó la historia. ¿Cómo se te ha ocurrido? ¡Anhelo tu imaginación!

La azabache ofreció una pequeña sonrisa, ¿contaría como mentira mencionar que cierta parte de la historia del cómic está inspirada en su historia con Adrien? Justo en una fiesta empresarial, con gente rica, empoderada, con atuendos extravagantes y disfraces que apenas podría cotizar en su vida, ella se cuela para un embuste y matar a la madre del que se convertiría en su enamorado.

Parece enfermo crear una historia de ello, pero le hacía sentir bien expresarlo de alguna manera.

–Espero que haya resultados reflejados en el periódico de la siguiente semana, o si no tendré que buscar empleo en otra parte.

–Hey, tranquila, todo saldrá bien –animó la mujer– tienes mucho talento para el dibujo, no dudo que encuentres algo mejor que este lugar. ¿Hoy es tu cita?

–No, es mañana –habló Marie mientras se animaba a comenzar a guardar sus cosas y ordenar su área de trabajo. Había trabajado mucho el día de hoy y un descanso no le vendría nada mal–. Estoy algo nerviosa.

–¡Se te nota! Y eso algo nuevo incluso para mí, si se ve que no muestras tus sentimientos ni a ti misma. Debe ser un chico afortunado.

Una sonrisa permaneció en su rostro aún después de que su compañera se despidiera y antes de irse a casa, dio un último vistazo a sus bocetos y sonrió para sí para apagar las luces al final.

–¡Mamá! ¡Papá! Ya llegué –anunció su entrada mientras cerraba la puerta de la casa con delicadeza y se adentraba en su hogar retirándose los zapatos que ya le habían cansado.

–No están, han salido –habló Bridgette que salía con un plato de cereal con leche de la cocina– se supone que debería regañarte por llegar tarde, pero, si mamá pregunta, sí te regañé.

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