FREEDOM

Morgand

FREEDOM= Capítulo uno :

La desolación, el dolor y la muerte arrasaron el reino de Portnall, los Germanos con su inmenso ejército destruyeron todo, no hubo piedad, mataron niños, mujeres y ancianos; la familia real fué exterminada, el violento Rey Dolfh cumplió su objetivo de cortar de raíz el próspero reino, no les dejó esperanzas de futuro a los pocos sobrevivientes, los cuales fueron vendidos como esclavos a mercaderes de naciones lejanas.

Entre estos sobrevivientes, había una pequeña niña de cuatro años, única viva de su rica e importante familia, los Morgand , consejeros reales durante generaciones de los monarcas de Portnall, esta niña luchadora se llama Michelle, ella se salvó de la muerte porque obedeció la voz de su hermano mayor que le ordenó correr , correr sin parar ni mirar atrás.

Michelle, corrió hasta caer agotada al suelo, en su huída, esquivó guerreros germanos, sus espadas, caballos, fuego y destrucción por doquier. La encontró tirada en el suelo un siervo del Rey Germano llamado Marx, éste era uno de los pocos hombres buenos de ese ejército, la tomó en sus brazos y la llevó a su tienda, la niña le recordó a su hija menor, la alimentó, le dió de beber , la bañó y acostó en un catre dentro de su tienda, él pensó en liberarla, pero, un guerrero ambicioso la vió y lo contó a el Rey ; y éste la mandó a buscar, la sacaron de la tienda de Marx y la llevaron con los otros prisioneros, al día siguiente fué vendida por cien monedas de plata, fué costosa porque se le veía que era de familia adinerada y fina, su suave y cuidada piel, sus hermosos ojos verdes, su cabello castaño claro y cuidado, sus dientes blancos y limpios, una niña saludable e inteligente, a los mercaderes no les dolió pagar el dinero, ellos sabían que la venderían por el doble o el triple de esa cantidad.

Dos semanas después, Michelle había Sido llevada a la ciudad portuaria llamada Silka, era muy conocida por su inmenso mercado dónde se compraba de todo, la plaza de venta de esclavos quedaba al centro del basto lugar, este mercado era el más concurrido, gentes ricas de muchos reinos y naciones venían aquí a comprar , porque vendían los mejores esclavos del continente.

La pequeña lloraba en silencio, no quería ser golpeada, extrañaba mucho su familia, el amor de sus padres y jugar y ser cuidada por sus hermanos mayores, miraba con miedo todo a su alrededor, temblaba porque no entendía la mayoría de cosas que pasaban en ese mundo nuevo, ella siempre estuvo rodeada de conocidos, pero ahora , estaba sola , pérdida y vista como un objeto.

El Rey Alejandro estaba de visita en esa ciudad, hizo un acuerdo comercial con su monarca, este acuerdo sería de bien para las dos partes, Su Majestad estaba contento y fué al mercado a comprar regalos para su esposa y su hija que apenas era un bebé.

Montado en su imponente caballo negro el Rey observaba todo a su alrededor buscando objetos exóticos y finos para llevar a su amada familia; su principal consejero y amigo iba a su lado, su guardia personal vigilaba expectante, rodeándolo, con sus armas preparadas para defenderlo.

Alejandro V es el monarca del reino más grande y próspero del continente, llamado Montnivierd , su amigo y consejero Lucas es su mano derecha, el Rey confía totalmente en él, Lucas es mayor que Alejandro diez años y sus padres fueron los mejores amigos.

Alejandro miraba interesado una caja musical, cuando los mercaderes comenzaron a gritar llamando a las personas para que  admiraran sus nuevas adquisiciones, el Rey no estaba interesado en esclavos, ya el tenía suficientes sirvientes a su mando, por ésto no prestó atención. Rufus, que era el nombre de el jefe de los mercaderes al ver al Rey y sus acompañantes se acercó interesado, su avaricia se despertó y decidió que le vendería lo mejor de su mercancía a ellos.

- Mi Señor el Rey - halagó haciendo reverencia - hoy nos honras con tu poderosa presencia - repitió su acción - Te ofrezco lo mejor de mi negocio a tí, hoy tenemos mercancía de la mejor calidad, por favor acércate  y velo por tí mismo - intentaba convencerlo Rufus.