Capítulo 28.

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La casa de Kim estaba en total silencio cuando llegamos. Pero la armonía no duró demasiado. Claire me tiró al sofá y me forzó a sentarme como si no supiera hacerlo. Kim cerró la puerta con desesperación y se sentó a un lado de Claire, esperando a que dijera todo.  Me tenían acorralada y abracé el cojín del sofá, utilizándolo como escudo en mi pecho por si perdían la razón. Fue entonces que Claire le recordó a Kim que cumpliera la condición por estar haciéndole compañía.

Media hora después, terminé de contarles acerca la relación que estaba comenzando con Max mientras comíamos los muffins que Kim había prometido. Omití las partes que no deberían saber, como el tema de su hermana y el embrujo. Eran mis mejores amigas pero no quería llenarles la cabeza de cosas que ni yo misma entendía todavía.

—Sigo sin creerlo. Quiero decir, estamos hablando de Max —dijo Claire, expectante.

—El chico que amenaza a los demás por solo mirarlo —añadió Kim, arqueando la ceja.

—El que interrumpe en las clases de Filosofía.

—El que intimida a toda la Universidad e incluso a los profesores.

—El que...

—¡Es suficiente! Ya entendí, no necesitan hacerme una lista —las detuve, alternando la mirada entre las dos.

—¿Qué hay de Alexander? No te dejará salir con él —comentó Claire, escondiendo sus piernas por debajo de las rodillas.

—No necesito su permiso para poder hacerlo.

—Dudo que vayan a llevarse bien como cuñados —dijo Kim, codeando a Claire con una sonrisa.

—Cierto, pero olvida eso. Ahora dinos, ¿es bueno besando? —quiso saber Claire con interés.

Suspiré y me sonrojé al recordar sus labios en los míos. La palabra «bueno» no era suficiente para describir la manera en la que me besaba. Era mucho más que eso. Se me cortaba la respiración con tan sólo pensar en sus labios suaves y carnosos.

—Tienes esa mirada de estar soñando con él.

Parpadeé lentamente, enfocando la voz de Kim.

—Diablos, ¿tan bueno es? —cuestionó Claire, al verme tan perdida.

—Es asombroso —susurré, llevando los dedos involuntariamente a mis labios.

Kim suspiró y sacudió la cabeza.

—Wow, si así te tiene con sólo besos, no me imagino cómo será cuando estén en una cama y tengan... —no la dejé terminar.

—¡No sigas! —le aventé el cojín que había estado en mi regazo y golpeó su rostro por unos segundos antes de que ella lo aventara de regreso.

—Tranquilas, dejemos el romance de Emily con Max por la paz. Es mi turno de hablar —intervino Claire, sentándose a mi lado.

—Claire, si vas a hablar sobre tus dietas, menor no digas nada porque acabas de comer cinco muffins enteros —reí ante el comentario de Kim.

—¿Fueron cinco? Yo conté tres. Bueno, como sea. De eso no iba a hablar —suspiró—. Después de haber salido con James, me llevó a casa y... lo besé.

Mi sonrisa desvaneció y me senté recta, volviéndome hacia a ella.

—¿Qué? ¿lo besaste? ¿y hasta ahora lo dices? —pregunté, acusadoramente.

—Emily, no encontraba el momento adecuado para decirlo —se justificó.

—¿Qué pasó después? ¿no te...? —iba a decir «drenó», pero me contuve para que no saliera de mi boca.

Atracción Mortal ✅ [ Disponible en físico ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora