Cap. 3 AoKi

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-Daikicchi, llamaré a la estación y diré que no puedes ir. – dijo Kise viendo preocupado el termómetro que hace pocos instantes había retirado de la boca de su moreno esposo.
-Vamos Ryota, solo es una pequeña fiebre. – dijo tratando de ponerse de pie, sin embargo, el rubio no lo dejo.
-En serio Daikicchi, debes descansar. No pasará nada. – le respondió Kise con preocupación.
De verdad Aomine no podía con la carita de preocupación de su esposo. – De acuerdo… - Se volvió a recostar, agradecía la terquedad del rubio porque sinceramente se sentía mal, pero como siempre, no aceptaría su malestar…no podría decir que un simple resfriado le había vencido. Kise sonrío y besó con cariño su mejilla. -Ya vengo. – dijo y salió de la habitación dejando solo a su esposo.
Aomine observó el techo de su habitación sabía que su repentino resfriado había sido provocado por la intensa lluvia que había tenido que aguantar hace dos noches cuando estaba en una labor investigativa. Bufó molesto al recordarlo, no le gustaba quedarse en casa sin hacer nada, se acomodó de lado y observó la foto de la mesita de noche. Una foto donde estaba él junto a Kise de adolescentes, aquellos tiempos, quien diría que pronto cumplirían veinte años de una “estable” relación claro que el tiempo les había ayudado a entenderse y no solo el tiempo, también…-
-¿Papi? – una niña rubia de 7 años abrió la puerta con cautela.
Daiki sonrió al ver a su pequeña Kiyomi, sus rubios cabellos, piel blanca igual que Ryouta y ojos de un hermoso azul eléctrico. 
-Hola princesa. – dijo con ternura, ese lado que solo sus dos amores de la vida conocían.
La pequeña entró en su totalidad aun en pijama una bata color rosa con detalles de un fino encaje. – ¿Te sientes mal? - preguntó acercándose a la cama.
-Es solo un resfriado. – dijo con tranquilidad acariciando el lacio cabello rubio. Con seguridad daría todo por la niña que tenia enfrente, su hija, su princesa, pobre el hombre que se atreviera a lastimarla, Aomine Daiki le caería con todo el peso de la ley. 
-¿Te quedaras en casa hoy? ¿Puedo ser tu doctora? – Kiyomi preguntó con inocencia.
-Claro que sí, voy a estar seguro de que con tus cuidados mejorare rápidamente. -  contestó bastante animado.
La niña sonrió, esa sonrisa que le había heredado a Ryota y Salió corriendo a su habitación en busca de su kit de médico que el tío Shintarou le había regalado para su cumpleaños.
Aomine vio a su hija salir del cuarto y suspiró tenía la ligera sensación de que el malestar empezaba a coger fuerzas.
Kise entró a la habitación con un pequeño recipiente y unas compresas. – Ya llamé, tu jefe te ordenó que descansaras bien. – dijo mientras alistaba las compresas. -Te voy a poner esto y llevó a Kiyomi al colegio. – aclaró.
-¡No! – gritó la niña al oír a su mamá.
Aomine frunció el ceño, la cabeza le empezó a doler. – Ryo…-
Kise miró a la niña sorprendido y luego observó a Daiki.
-¡Me quiero quedar a cuidar a mi papi! – exclamó.
-Cariño tienes que ir al colegio. – dijo Ryota con una sonrisa.
-No quiero. Mi papi me dijo que podía ser su doctora. – Miró a Daiki.
El moreno vio a Ryota. – Se me olvido de que hoy era martes. – 
Ryota suspiró. – Solo por hoy Kiyomi, no puedes faltar más. – dijo serio, pero cediendo ante la pequeña quien sonrió. – Bueno pues ya con esto, te encargo que pongas la compresa a tu padre, iré a la cocina a hacer el desayuno. – El rubio se puso de pie y salió del cuarto dejando a padre e hija.
Kiyomi tenía el estetoscopio de juguete puesto mientras que remojaba y retorcía la tela. – Veras que te vas a curar pronto papi. – sonrió la niña para luego poner con delicadeza la compresa en la frente morena.
-Con tus cuidados lo voy a estar mas que pronto. – dijo Aomine suspirando al sentir el fresco en su cuerpo.
Pasado unos minutos Ryota entró nuevamente a la habitación, Daiki dormía y respiraba con dificultad y Kiyomi le vigilaba. – Tiene que tomarse el jarabe mami. – dijo la pequeña.
-Primero tiene que comer. – dejo la bandeja en la mesita. – Daikicchi, despierta. – le movió un poco.
Aomine abrió los ojos inmediatamente y miró a Ryota. – Te traje el desayuno, come y te doy medicamento. – le ordenó con cariño, se acomodó con dificultad y comió sin ganas (algo raro en él).
-Kiyomi, tráele a papá un buso para que no le de frio. – dijo Ryota a su hija.
Luego de que Aomine comiera y se abrigara, Kise le dio unas pastillas para luego tomárselas sin refutar.
-Descansa. – Kise le empujó un poco para hacerlo recostar nuevamente y sin más volvió a dormir.
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Daiki abrió los ojos con dificultad y movió su cabeza hacia un lado, ahí junto a él dormía Kise y entre ellos Kiyomi. Repitió el movimiento hacia el lado contrario observando el reloj que marcaba las dos de la tarde ¿Había dormido tanto? Se removió un poco y su cuerpo dolió, si…seguía enfermo. Dejo de esforzarse en vano y notó como estaba rodeado de peluches, los reconocía a la perfección, todos eran de su hija y todos se los había regalado él.
-¿Cómo te sientes? – susurró Ryota quien le miraba aun sin moverse un centímetro de su posición pues Kiyomi se aferraba a él.
-Si te soy sincero…Mal. – confesó.
Kise sonrió. – Aomine Daiki aceptando por primera vez que se siente mal. – se burlo en voz bajita.
El moreno frunció el ceño. – No es gracioso. –
-No lo es…Pero si de verdad te sientes mal podemos ir al médico. –  Aclaró preocupado.
Aomine miró a kise y se enamoro más de él. – No es para tanto, con tus cuidados y los de Kiyomi mañana estaré más que mejor. – sonrió.
Kise se sonrojo, hasta enfermos su Aominecchi seguía siendo guapo. -¿Tienes hambre? Nosotros ya comimos. – cambió de tema.
-Si, pero no me quiero quedar en la cama, quiero comer abajo. – confesó con fastidio.
Kise sonrió. – De acuerdo. – se puso de pie tratando de no despertar a Kiyomi lográndolo efectivamente. Caminó al otro lado de la cama y ayudo a Daiki a ponerse de pie.
Cuando llegaron a la cocina el moreno se sentó en una de las sillas y recargo su cabeza en una de sus manos mientras observaba a su rubio de espaldas. – Sabes que te amo ¿verdad? – dijo con simpleza.
Ryota se detuvo y sin voltear a ver al moreno asintió. Daiki de vez en cuando le decía eso en momentos muy casuales y de manera sencilla.
Daiki sonrió al notar como el blanquecino cuello de Ryota se tornaba rojo al igual que las orejas ¡Vaya reacción! Kise no cambiaba.
El rubio retomó su labor sintiendo la mirada de su esposo sobre él y rápidamente terminó para servirle un poco de curry a Daiki.
-Mooo Aominecchi no digas eso, así como así… - hizo un puchero viendo comer al moreno.
-No seria divertido. – confesó y siguieron hablando de todo un poco, dado a su trabajo el tiempo con su familia era limitado y Ryota por su parte también se veía ocupado, con las sesiones de fotos y sus participaciones en novelas, en ese momento agradecía estar enfermo.
-¿Mami, papi? – preguntó Kiyomi llegando a la cocina para sentarse en el regazó de Daiki. - ¿Puedo ir a la casa de Hina para adelantar mis cuadernos? – preguntó mientras que Kise arreglaba las trenzas que en la mañana le había hecho.
-¿Quieres que te llevé? – preguntó Aomine.
-Papi, aun estas enfermo. – regaño la pequeña.
-Te podemos llevar en el carro, yo conduzco y tu padre se abrigará. – dijo kise tratando de convencer a su hija.
Ante la idea Kiyomi asintió y subió para coger sus cuadernos, Aomine se cambio y se abrigo por su parte Kise cogió las llaves del auto. Los tres salieron de la casa y en menos de 10 minutos habían llegado a la casa de Imayoshi Hina, hija de Imayoshi Shoji e Imayoshi Ryou. 
Kiyomi bajo contenta del auto y Kise saludo a Ryou quien cargaba a un pequeño en brazos, no se acercarían, no querían que el pequeño enfermara.  – Pasó a las siete Ryou, gracias. – dijo Kise mientras sonreía. – El castaño sonrió y asintió.
El rubio arrancó y se dirigió nuevamente a casa, a Daiki le había subido un poco la fiebre. – ¿Te quieres recostar? – preguntó al moreno mientras dejaba las llaves del auto en la mesita y se quitaba el abrigo. Al no tener una respuesta se giro para ver a Daiki, sin embargo, se sorprendió al sentir como este lo abrazaba.  - ¿Qué pasa? – preguntó, pero luego de un corto silenció Kise lo sintió.
-Dai…Daikicchi. – susurró sonrojado.
-Lo siento…No…No me puedo controlar…ha de ser la fiebre. – confesó apretando más el abrazo y embriagándose con el dulce aroma de Kise.
Kise devolvió el abrazó y sintió que la temperatura de Daiki había subido. – Estas enfermo…- susurró sonrojado.
-Mmmm si… es mejor… yo… yo me hare cargo. – Se separó del rubio y con dificultad se dirigió a la habitación matrimonial. Pero sintió como antes de llegar Kise lo detenía. Solo un poquito…No pasara nada ¿verdad? – Aomine se dio la vuelta quedando embelesado ante la deseosa mirada del rubio, sintió como la fiebre subía y como su pene se endurecía más.
Kise no dudo y se lanzó a los brazos del moreno para luego besarlo con deseo, gimió al sentir como este amasaba sus nalgas y al sentir el calor que Aomine emitía. Se sorprendió al sentir como Aomine le levanto del suelo pese a estar enfermos y dio unos pasos para tirarlo a la cama.
-Me siento mareado. – Confesó Daiki sin dejar de desnudar el cuerpo de su esposo.
Kise jadebaja al sentir las calientes y grandes manos acariciarle. – Po…Podemos parar. – se mordió los labios al sentir como el moreno mordía sus pezones. – Dai…-
-No quiero parar. – comentó Aomine.
Una vez ambos estuvieron desnudos Kise montó a Aomine y dirigió el acto. – Mmmm Daikicchi… - movía sus caderas sintiendo como su entrada era estriada deliciosamente por el gran y caliente miembro de su esposo.
Aomine se aferró a las nalgas del rubio para imponer el vaivén logrando así que Kise gimiera exageradamente.
-Te siento aquí. – Kise toco su bajo vientre haciendo presión, Daiki gimió y no supo si al ser la fiebre le pareció haber sentido una ligera presión en la punta de su pene.
-Otra vez… presiona. – jadeó sudoroso, agitado y excitado. Kise presionó nuevamente y más duro y Daiki gruño.  – O si… si estoy hasta el fondo tuyo Kise…- dijo agitado.
-Respira Daikicchi, respira y cálmate. -  el rubio se había percatado de la respiración dificultosa de su esposo.
Pese a sentirse mal, Daiki cambió de posición y dejo a Kise debajo suyo para penetrarlo más libremente, el sonido húmedo de las pieles chocando resonaba en la habitación al igual de como aumentaba el calor. – Ya…Ya casi….- jadeo Aomine.
-Dentro… Córrete dentro Daikicchi…- gimió Kise rasguñando la espalda ancha de su esposo.
-Pero…- el nombrado trató de refutar, no se había puesto condón siguió moviéndose, dando en el lugar dulce de kise.
El rubio mordió el hombro de Daiki y repitió. – ¡No importa! – exclamó. – Córrete dentro… quiero que lo hagas… quiero tener un bebe tuyo. – Apretó su interior y Daiki gruño ante dicha acción y a su vez sorprendiéndose ante el comentario.
-No jodas Kise… si me dices eso…- jadeo Aomine impresionado, mareado, afiebrado y aun más excitado.
Kise hizo que Aomine saliera de el para ponerse en cuatro, con las dos manos separó sus nalgas dejando ver su entrada bien abierta y punzante, como pidiendo más. – Embarázame, Daikicchi. – jadeo y el autocontrol del moreno desapareció.
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Kiyomi se despidió de Hina y del pequeño Mori para luego despedirse de los señores Imayoshi, ya eran las siete de la noche y habían llegado para recogerla, se sorprendió al ver a su padre en el recibidor.
-¿Ya estas mejor? – preguntó confundida y feliz.
Aomine asintió y la levantó del suelo. – Mucho mejor. –
-Me alegra. –
El moreno se despidió de Ryou y le agradeció por cuidar a su pequeña, cuando se dirigieron al auto Kiyomi no notó a su mamá. - ¿Y mi mami? – Preguntó confundida.
-Ryouta esta en casa…No se siente bien. – confesó ocultando la verdad, lo habían hecho varias veces y el rubio había quedado satisfecho pero agotado y Daiki había transpirado el resfriado en su totalidad.
-Le pegaste la gripa. - dijo Kiyomi molesta.
-Eso parece…- Apunto el cinturón de la pequeña y luego se acomodó en su lugar.  - pero creo que va a ser una larga gripa de varios meses.   – se dijo para si mismo.
Cuando llegaron a casa Kise les recibió con una deliciosa pizza y con una sonrisa cómplice para su esposo.
Ese día el resfriado de Daiki había sido lo mejor que le había pasado a la familia Aomine para salir un poco de la rutina y probablemente les traería otro integrante más.

*_*_*_*

Espero con ansias sus comentarios y votos.

Por el momento quiero que por favor escojan entre las siguiente parejas para el proximo capitulo.

MuraHimu

NijiHai

NashMaya (NASH GOLDEN JR Y MAYAZUMI CHIHIRO)


MidoTaka


RECUERDEN COMENTAR EN EL NOMBRE DE LA PAREJA DE LA CUAL QUIEREN LA SIGUIENTE HISTORIA.

*_*_*_*_*

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