Prólogo

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Hacia frío, mucho frío.

El invierno me  muestra la peor cara de la moneda. Algunos copos de nieve se desplegaban por el oscuro cielo de Seul, demostrando que también son dignas de hacerse presente.

Las estrellas no  estas y ni la luna se compadeció de mi, pues solo el frío me está acompañando, calando en cada hueso y haciéndome tiritar al no llevar nada que pueda resguardarme de este crudo invierno, talvez mis brazos puedan serme de ayuda, me abrazo tratando de sentir el calor que mis padres emanaban cuando lo hacían, cuando me abrazaban... Los imagino a mi costado diciéndome sus típicas palabras  reconfortantes antes de que diera los saltos hacia nuevas etapas.

Contengo un sollozo pues ahora solo puede llegar a pasar en mis sueños

Camino por la acera, al borde de la gran avenida que desborda de vehículos ansiosos, no escucho el ruido de las aves, seguro duermen, seguro hacen eso... Distingo las grandes brisas de viento helado y las pequeñas gotas que anuncian que el sol tardará mucho más en salir el día de mañana, pero no importa, el sol deja de estar conmigo desde hace mucho tiempo, su calor ya dejó de ser agradable para mi, a las finales siempre sabía que esto iba a pasar,  veo un halo de luz a lo lejos ¿serán ustedes dándome una señal? ¿seguirán conmigo? No..., Solo es un rayo y tiempo después un trueno, la tormenta está próxima a azotar toda la ciudad y con ella..., A mi

Pero no me importa, pues sigo caminando sin un destino fijo, solo deseo olvidar, pues siento todo el peso de la culpa, aún siendo inexistente, siento como ese peso puede llegar a romper mis huesos de manera tan brutal. Un carro pasa por mi costado mientras toca el claxon advirtiéndome que puede que sea lo último que haga, mis ojos pesan, están rojos e hinchados por el llanto que antes había soltado, me duele la garganta por todo lo que grité y por lo que  maldecía al Dios que me enseñaron a creer  por lo que me había arrebatado.

Una gota de lágrima traviesa surca por mi mejilla y es reemplazada por otra y otra, y otra más, pero la lluvia decide ocultarlas con sus propias gotas, ella sabe que no lloro por cualquier cosa, eh perdido todo, pero... ¿Acaso tuve otra elección? Por eso ahora me odio porque fuí impotente, por ser un cobarde... Por no poner mis manos en el fuego que amenazaba con devorarme y no salvar a quienes quería.

No fijo mis pasos, son muy torpes al caminar , me van dirigiendo a otra dirección a un costado, prefiero  dejarlos que me guíen pues ni yo se a donde ir.

Escucho un zumbido, una canción que mi cabeza a repetido por varios días con la voz de mi mamá. También veo una luz, un golpe en seco y todo empieza a dar vueltas, se van las canciones, se va su voz, siento un líquido espeso salir de mi cabeza, siento como todo se desvanece.

Talvez... este también es mi fin.









Este es uno de mis primeros libros que pienso publicar, espero le den amor a la historia .

Sarangue~

Fall  [KooKV/Vkook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora