-¡¿T-tu e-eres la bestia?!
-Lo sé pequeño, lo sé-Exhala.
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24 noviembre 2019
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25 noviembre 2019
Adaptación del cuento de hadas francés "La bella y la bestia".
Jungkook, hijo único de un comerciante. En s...
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Jungkook despertó, estaba un poco asustado pues no se había dado cuenta en que momento se agotó. Caminó cabizbajo tallandose los ojitos dormilones que recién se habían abierto. Se sentía con sueño aún, y era de esperarse pues sólo durmió 30 minutos aunque para él habían transcurrido 2 hrs. «Las flores» pensó recordando a lo que venía al bosque. El joven cabello café vió una vereda entre unos árboles que se hallaban en fila y no dudó en adentrarse a ella. «Seguramente allá habrá bastantes y muy bonitas» Imaginaba al ver que en ese lugar pareciera que nunca van personas, dando como producto plantas y flores bien cuidadas. Procedió avanzando con fina delicadeza, con la fruta cortada, dando pasos cortos ya que estaba algo adormilado y no quería caerse, se iba sujetando de aquellos árboles de copa ancha y esponjosa, nunca había visto unos arboles tan bellos como lo eran estos.
-Hola pequeñita-Habló bostezando dirigiéndose a una linda ardilla bebé que estaba en una rama del árbol.
La ardilla lo miraba con unas pupilas bastante grandes y negruzcas causándole ternura y amor al chico.
-Toma, debes comer-Añadió tomando un arándano de su canasta y dándosela al animalito.
La ardillita tomó entre sus manitas el fruto que jungkook le había dado, y lo llevó a su boca dando pequeñas mordidas y tragando finos bocados.
-Eres un lindo bebé-Sonrío mostrando sus dientes muy tierno.
La ardillita terminó de comer y se fue a su hogar, jungkook era un gran amigo de los animales, siempre que iba al bosque se le acercaban varios de distintas especies y le pedían comida que el menor llevaba. Pareciera que lo veían a lo lejos y lo esperaban.
Kook vió como el animalillo se alejaba, el también debería seguir con su deber para poder volver a su casa. Siguió caminando por aquel callejón estrecho, esta vez estaba solo, tan solo que podía oir los latidos de su propio corazón.
Algo le daba una mala espina, pero la vista que tenía le emanaba confianza, aquel césped tan verde y mariposas de distintos colores revoloteando en el aire era un deleite visual para sus ojos.
Ese lugar era demasiado bello, tanto que jungkook se preguntaba si seguía vivo o había muerto mientras tomaba la siesta.
«Creo que estoy muy lejos de casa.» Pensaba y sus piernas se ponían temblorosas al seguir Caminando.
En su caminar, se topaba con cosas cada vez más bellas, aves de fino cantar, rosas de gran tamaño que expedían un delicioso aroma a vainilla, «No estoy lejos de casa, creo que estoy ¡¿muerto?!» se cuestionaba a sí mismo, porque netamente aquellas imágenes expectadas por él, no parecían ser de este mundo.
Las flores de este sitio, vaya que eran muy hermosas, tanto que jungkook no dudó en agacharse, sacar la pala de la canasta y proceder a cavar para llevarse varias a casa.
-¡Alto ahí!-Se escuchó una profunda voz grave resonar en el jardín enorme.
-¿Q-quien e-eres?-Respondió muy asustado y las manos echas un desastre.