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Después de que April y yo dimos la exposición de nuestras pinturas algunas personas se acercaron a nosotros para hablar del costo de algunas de ellas y llegar a acuerdos. De momentos veía a mi madre y a sus invitados los cuales traían una cara amarga, así que no quise darle importancia alguna.

—¡Chicas!— hablo George quien venía acompañado de mi hermanito.— vendí cuatro de ellas.

Dijo y nos enseña el montón de dinero sacudiendo lo de lado a lado. April y yo nos miramos asombradas y corrimos a tomar el dinero.

—¿Cómo hiciste para que te compraran cuatro?

—Veras, tu hermano sabe convencer a los consumidores.— tomo en sus manos los cachetes de Connor.— con esta linda carita.

Connor se soltó de su agarré y le dio un leve empujón a George.

—No vuelvas a tocar mis pómulos!!!

—Lo siento.— bajo su mirada y todos comenzamos a reír.

—¡Connor, Carolina!— era mi madre.— tenemos que irnos la cena ya está lista.

Mi hermano y yo rodeamos nuestros ojos y comenzamos a caminar.

—Madre, dijiste que podía invitar a George y April.— dije.— ellos vendrán. ¡Chicos vamonos!

George y April subieron en el auto de Bob el cual se quedó pasmado al ver que sus hijas iban apretadas por causa de mis pinturas y mis amigos.

—Scarlett!!— mi madre llamó mi atención.— esto es una falta de respeto.

—¿Disculpa? Estamos cansados, y George no trajo su auto. Pero Bob es un buen hombre y dejara que nos vayamos en su auto, o no Bob.

El hombre solo asintió mientras echaba humo por las orejas. A mi madre no le quedó de otra más que subir al auto, y por otro lado mis amigos, mi hermano y yo solo reíamos al ver las facciones que hacían las hijas de Bob cada vez que April las empujaba con sus caderas.

Al llegar a casa bajamos del auto con todo y las pinturas que no se habían venido.

—Annie, Sophie.— llamé a las hermanas.— podrían ayudarnos bajar nuestras pinturas!!

—Pero nosotras no somos tus sirvientas.— dice una de ellas.

—Ser su hermana mayor y no querrán que les diga a su padre que hicieron una fiesta sin su consentimiento hace ya unos meses.— les susurre y ellas se miraron la una a la otra.— Lo volveré a repetir...

—Lo haremos.— me interrumpieron.

Les sonreí cómplice a mis amigos mientras veíamos como las chicas batallaban al sacar las pinturas del auto. Desvíe mi mirada para observar a mi madre que me fulmina con la mirada.

Allergic To Love | 𝑹𝒐𝒈𝒆𝒓 𝑻𝒂𝒚𝒍𝒐𝒓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora