Mi Luz En El Cielo

56 25 3
                                    

Lo último que recuerdo eran vidrios quebrándose. Todo daba vueltas, mi cuerpo adormecido chocaba por todos lados. Luces pasaban rápido, todo fue en cuestión de segundos, después... todo se volvía negro. Me faltaba el aire, sentía como me costaba respirar, como si algo apretara todo mi cuerpo.

Sentí como pude respirar con más facilidad, ya no me sentía atrapada, pero el dolor comenzó a invadirme. Sentí como cada parte de mi cuerpo ardía y dolía con gran intensidad, tanta que no contuve mis gritos. Sentía todo mi cuerpo húmedo, no podía abrir mis ojos, ni mover mi cuerpo. No recordaba nada, más que esa escena tan fugáz en mi mente.

Escuché pequeños y leves susurros... no entendía bien lo que decían, seguía desorientada; cuando algo en mi mente despertó de golpe, tome una bocanada de aire, mis ojos se abrieron de golpe a los más que les fueron posible. Volteo a todos lados pero no lo veía, un dolor me invadía a cada movimiento, pero no me importaba. Sólo lo buscaba a él, sólo podía buscar a la persona que amo, pero sólo observé vidrios rotos, gente tirada, personas corriendo y un autobús ardiendo en dirección a un pequeño voladero.

Un joven llegó corriendo, me recostó y me puso una mascarilla de oxígeno mientras me revisaba, pero no lograba mantenerme quieta. Sólo tenía una idea en mi mente, sólo buscaba donde estaba mi esposo, sin prestar atención ni lograr escuchar lo que decía aquella persona.

Me dijeron que debían llevarme al hospital, para hacerme una revisión a fondo y ver que no tuviera derrames internos. Yo solo preguntaba con pocas fuerzas donde estaba él, pero no me decían nada. sólo que todos serían llevados al mismo hospital, pero que la cantidad de muertos había sido alta, que era un milagro que quedara viva y eso fue lo último que escuché antes de quedarme dormida tras haberme administrado un sedante.

Comencé a recordar todo. Desde que llegamos a la cabaña de siempre a pasar nuestras vacaciones juntos. Yendo a caminar a aquel lago que se hacía al caer una cascada muy cerca de donde estaba ese pequeño hogar que con grandes esfuerzos habíamos logrado comprar. Soñando con que por fin se nos concediera el tener un hijo, con el cual jugaríamos, pasearíamos y nadaríamos en aquel lago. Todo cambió, mi mente saltó a cuando subimos al autobús para ir de regreso a nuestra casa en la cuidad. Después un fuerte golpe en la parte de atrás del camión, el cómo choqué con el asiento de enfrente y como veía ir el camión hacia un barranco rápidamente y todo se volvía negro.

Desperté nuevamente, con fuerte dolor. Apreté el botón de la cama del hospital, la enfermera llegó al los minutos. Pregunté por el paciente Alejandro Olvedo, pero lo que escuché me hizo morir en vida, todo el dolor se me olvidó y solté en llanto al recibir la desgarradora noticia que el amor de mi vida había muerto.

Todo perdió sentido, sólo me quedé en shock. Me perdí en un limbo de pensamientos, recuerdos que solo se perdían en un vacío negro, ya que no podía pasarme esto a mi, no después de tanto, no ese día, la enfermera me ofreció un abrazo de consuelo que no servía de nada. Pero si me saco de aquel shock tras la noticia, fue cuando comencé a llorar descontrolada, gritando y pataleando de rabia. ¿Para que vivir si ya no estaba él? ¿para que seguir aquí? La enfermera al ver mi actuar llamó a más enfermeros y me pusieron otro sedante, perdiendo la batalla a los pocos segundos y quedando dormida.

Desperté nuevamente sin tener noción de cuánto había dormido. Me senté en la cama con molestias y apretando el botón para llamar  a la enfermera. Miré a un lado y estaba un arreglo de flores, tome la tarjeta y la leí. Era de un paramédico, aquella persona que había hecho lo posible por salvar a mi esposo, aquel que estuvo en sus últimos momentos con él y a quien le pidió que no me dejara sola sin siquiera conocerse. Al leer la nota no evité romper en llanto nuevamente.

Tocaron la puerta. Creí que era la enfermera, pero no, ví entrar a un joven de unos 25 años, alto, de pelo negro algo quebrado, piel blanca y ojos color miel, me observó con tristeza y se acercó a mí.

MI LUZ EN EL CIELO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora