Thor se sirvió un brandy y se hundió en una silla delante de la gran chimenea de estilo antiguo, admiro la casa que había comprado para él y su esposo. Tenía estilo Nórdico moderno Laufey le había dicho que ese era el estilo favorito de Loki. Había sido un estúpido dejando que se fuese, decidió. Quizás habría podido vivir tomándolo por la fuerza si ésa era la única forma de tenerlo.
Verdaderamente era un infierno estar sin él.
Perdido en sus pensamientos, miró abstraído hacia la inmensa silla situada en la parte más alejada de la biblioteca. Bebió un trago de brandy y miró de nuevo hacia la chimenea-entonces, tuvo que mirar dos veces.
Loki.
Estaba aquí. De pie a lado de una en la inmensa silla de caoba, con su cabello recogido, un suéter de color esmeralda y un pantalón negro, era mortalmente bello. Thor posó rápidamente el brandy en una pequeña mesita situada a su lado para no derramarlo. Como un resorte se puso de pie.
"No fué nada deportivo por tu parte retractarte de nuestro acuerdo," dijo Loki y con la agilidad de un felino se acercó lentamente hacia Thor para cortar el espacio. "¿Ninguna de esas ocho mil cláusulas tuyas contempla qué le sucede al marido incorregible cuando abandona a su esposo?" agregó con una sonrisa ladina.
Durante un momento, él se quedó allí paralizado sin poder digerir la escena, la única cosa que pudo hacer fue mirarlo fijamente. "No," dijo por fin, alejándose dos pasos de Loki "No lo contempla."
Loki irguió una ceja negra. "Entonces quiero que firmes un nuevo acuerdo mañana. Porque si me abandonas de nuevo..."
"Yo no te abandoné. Pensé que no me querías."
"Porque si me abandonas de nuevo entonces me reservo el derecho de... bien, no tengo muy claro que derecho quiero exactamente. Tendré que pensarlo."
Esa magnífica ceja suya volvió a arquearse. "Podemos añadir la cláusula tropecientos mil nueve."
Thor reprimió una sonrisa. "¿Por qué estás aquí?" susurró.
Loki suspiró como si fuera un mártir representando a toda la raza omega y él el alfa descerebrado del bando contrario. Para su sorpresa, sacó de detrás de el una fotocopia de su acuerdo matrimonial y la agarró con fuerza. "Según la cláusula 76, yo, el abajo firmante, me presto a ofrecer mi cuerpo como receptáculo del esperma de mi marido dos veces diarias, todos los días, mientras vivamos."
Thor se estremeció al escuchar las insensibles palabras del documento. Apartó la mirada y carraspeó.
"Hace una semana que no me he ofrecido como receptáculo de tu esperma. Eso significa que te debo 14 orgasmos. Para nada soy como Laufey. Yo siempre cumplo mi parte del trato, ya ves."
Su intensa mirada encontró la suya. "¿Entonces eso es todo?" murmuró. "¿Simplemente cumplir tu palabra?"
Lo miró con ternura. "Por supuesto que no," susurró, y se puso serio. Avanzo dos pasos hasta estar cara a cara con Thor.
"¿Entonces qué está pasando?"
Él sonrió suavemente. "Te amo, Thor," murmuró. "Te he querido desde que era un niño y seguiré queriéndote durante todo el resto de mi vida."
Sus ojos escudriñaron su cara buscando la verdad.
"Si me hubieras dado tiempo para recuperarme del shock más grande de mi vida antes de salir pitando para Atlanta como la heroína trágica de una novela gótica, te habría dicho estas palabras hace más de una semana. Si no fuera por Sr. Stark hubiera sido difícil encontrarte."
"¿Entonces porque ahora y no antes?" le pregunto mirando a sus ojos conteniendo la respiración porque sentía que cada cosa que Loki hace lo hacía temblar de duda ante las mentiras que se han abierto terreno entre los dos.
"Mi celo se presentó y te necesitaba a ti solo a ti" dijo Loki suavemente. Esas palabras liberaron la respiración de Thor.
Él sonrió abiertamente. Sus miradas chocaron y se entrelazaron.
"Han sido los peores días de mi vida," admitió.
"Los míos también." Él sonrió. "Pero olvidemos el pasado. Todo de él, " dijo Loki significativamente. Ladeó la cabeza. "¿De acuerdo?"
Por toda respuesta, él lo besó. Y, en un momento, pasó de estar de pie a encontrarse cautivo entre los brazos de su marido, moviendo desesperadamente la lengua contra la suya, mientras Thor la conducía hasta la alfombra situada ante la chimenea. Se arrodilló y lo colocó delante de él, gruñendo dentro de su boca mientras se despojaba febrilmente de la ropa.
"Te deseo tanto," susurró Loki con voz ahogada y separó sus labios hinchados de los de él. "Cuando era una niño, por las noches me tumbaba en la cama y fantaseaba con la idea de estar entre tus brazos, en tu lecho."
Esta confesión inflamó su corazón, detestándolo y adorándolo a un tiempo. La detestó porque se suponía que a los alfas no les afectaban palabras como esas y en cambio a él lo habían conmovido. Lo adoró porque significaba que este momento era real-y que finalmente Loki Laufeyson era todo suyo.
Y no por la fuerza.
Thor tumbó a su bello esposo en el suelo, le separó las piernas y se arrojó sobre él. Desesperado por estar en su interior, empaló su polla hinchada en su culo apretado, metiéndosela hasta la empuñadura. "Seguro que no te interesa saber," jadeó él, "cuántas veces has sido el protagonista en mis fantasías de masturbación."
Loki sonrió abiertamente, claramente encantado con esa confesión. Él rotó sus caderas y volvió a estrellarse de golpe contra su cuerpo. Su sonrisa desapareció mientras comenzaba a gimotear.
Loki alzó los pequeños pechos y se los ofreció. "Me encanta que me chupes los pezones mientras me follas," admitió casi sin resuello. "Por favor, ¿lo harías de nuevo?"
¿Si lo haría? Casi no había pensado en otra maldita cosa los últimos siete días con sus noches.
Thor hundió la cara en sus pechos con un gruñido y rodeó uno de sus erguidos pezones con la lengua. Luego lo chupó vigorosamente mientras lo follaba, sus caderas oscilaban adelante y atrás mientras enterraba la polla en su interior una y otra vez.
Justo así es como siempre había querido estar. Justo como estaba ahora.
Los pecados de Laufey habían completado su círculo...
Mientras su polla tiesa se hundía una y otra vez en la deliciosa hendidura rosa de su esposo, Thor pensó que había conseguido algo mucho más significativo que colarse en la preciosa compañía de Laufey, algo mucho más poderoso que colarse en la preciosa línea sanguínea del muy bastardo:
Se las había arreglado para encontrar la felicidad con su esposo. Se había colado en el corazón de Loki y el en el suyo. Finalmente todo era como tenía que ser.
Thor sonrió a su esposo mientras le hacía el amor, y todos los recuerdos del pasado quedaron relegados definitivamente al rincón más apartado de su memoria.
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Pecados Paternos
RomanceLoki Laufeyson un omega de casta pura siempre se ha sentido mal por lo que su padre le hizo a su antiguo protegido, Thor Odison: lo engañó para luego expulsarlo de la empresa. Y para empeorar las cosas, Loki está seguro de que Thor siempre ha creí...