Cuando digo que te amo, no me refiero a que te amo más de lo que tú me amas a mi. Me refiero a que te amo más que los malos días que van a llegar. Te amo más que cualquier pelea que vayamos a tener. Te amo más que la distancia entre nosotras. Te amo más que cualquier obstáculo que quisiera separarnos... por eso te amo.
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Un cielo totalmente oscuro se posaba encima de la pareja que se encontraba recostada sobre el pasto verde y seco. La tierra y el sol se alineaban, se volvían a encontrar como hace mucho no lo hacían. El eclipse se empezaba a asomar en su máximo resplandor poco después de las once.
La luna estaba en su apogeo y Yoongi la admiraba con tanto recelo. Se veía tan brillante, redonda, y tranquila. O simplemente el momento se sentía así.
Jeongguk y Yoongi no hacían nada más que observar el cielo y disfrutar de la compañia del otro.
A los lejos, más abajo de la colina, se podía observar unas cuantas personas saliendo a observar la super luna.
-Nunca había visto un eclipse, Jeongguk. -dijo embobado, subiendo su rostro hacía el del castaño. Quedando tan cerca, al punto donde sus narices se encontraban en un juguetón roce.
-Yo solía verte siempre a ti.
-Cállate. -unos pucheros se asomaron y pegó un pequeño puño al pecho de Jeongguk. -Vaya, tú qué has estado comiendo que andas como una roca.
-¿Te gusta, mi Yoonie? -dice, para luego giñarle un ojo.
-Mhm.
Entonces, Yoongi quitó su vista de los lindos ojos que lo observaban, para fijarse en la luna que ahora estaba convirtiendose en una luna de sangre, espléndida. Yoongi sonrió, quería pausar el momento y poder apreciarlo a cada instante. Era la cúspide de su felicidad, tenía lo único importante en su vida. El destino y el cielo de alguna forma lo confortaba, dejándole en claro que no podría considerar cada cosa que hizo por Jeongguk como un error.
-Ahora podría cumplir mi promesa, bonito. -habló en un tono suave Jeongguk.
-¿De qué hablas? -dijo sin dejar de mirar el reciente eclipse lunar.
-Tu esperaste por mi justo como la luna al sol.
Yoongi no tuvo otra opción que mirar con brillo a su novio, quien le sonreía y empezaba a dirigir sus manos a su cadera. Tomándolo con posesión y cariño.
-Necesito probar esos lindos belfos que hace mucho no beso. -sonrío Jeongguk.
-La luna estará feliz de que cumplas tu promesa.
Sus labios apenas se rozan, cuando se puede escuchar el latido de sus corazones tan cerca. Las manos de Jeongguk se aferran a Yoongi, atrapando los labios contrarios en un tacto dulce.
