Llevo toda la semana pensando en ti. Han pasado ya muchos meses, lo sé, pero créeme, está siendo muy difícil.
Dormir sola me está dejando más arañazos de los que imaginas. No he vuelto a ser capaz de compartir sábanas con nadie más. Ni lo seré en bastante tiempo.
El otro día volví a toparme con esa jodida canción. Sí. Esa. No tengo nada más que decir sobre el asunto. Pero, joder, derramar alcohol sobre una herida abierta duele menos.
Esto parece una página de frases desordenadas que no van a ir a ninguna parte, ¿verdad?
Culpa tuya. O mía. ¿Ves? Perdida. Completamente perdida.
Ponte cómodo. Coge aire. Y prepárate un café. Esto va a dar para largo. Durará lo que tú quieras. O lo que yo quiera.
Culpa tuya. O mía. Qué cojones importa.
Bienvenido de nuevo, compañero.