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¿Qué tan pequeño podía ser el mundo para que se encontrara justamente con un ex de su pasado? Aquel que había amado, pero de un día al otro se había ido a otro país, sin previo aviso. Esperó, vaya que sí lo hizo, por algun mensaje de aquel hombre, mas éste nunca llegó. Pasaron los días, los meses y años, sin embargo nunca volvió a saber del chino que ahora tenía delante de él. Nunca hasta ese momento, donde aún mantenía su vista sobre el castaño.

¿JB? ¿Pasa algo? ¿Lo conoces? —Cuestionó el mayor, un tanto extrañado al percatarse de cómo ambos, su novio y su amigo, se habían quedado mirándose durante largos minutos. Y aunque no lo dijera en voz alta, agradeció enormemente las palabras contrarias, porque le habían servido para salir del trance en el cual se encontraba.

¿Conocerlo? No, jamás lo había visto. —Aquel comentario sonó más frío que cualquier cosa que hubiese dicho en mucho tiempo, y mostró después una gran sonrisa, la cual distaba mucho de ser una real.

Oh, parecía que sí... pero bueno, te lo presentaré entonces. Éste es Jackson Wang, mi novio. —Habló orgulloso, con una gran sonrisa de enamorado, mientras enredaba sus brazos en el fuerte brazo del chico, acercándolo a su cuerpo para después hablarle a éste.— Y el sin ojos gruñón, es Im Jaebeom, pero nosotros le decimos JB.

Terminó de acercarse los metros que le separaban e hizo una ligera inclinación frente al castaño, observando cómo este imitaba su acción sin decir palabra alguna, lo cual, si era sincero consigo mismo, le estaba molestando más de lo necesario. Él no era callado, o al menos así lo recordaba desde que se habían conocido, hace 8 años atrás.

Un placer en conocerte, JB. Espero nos llevemos bien.

Hyung, JB hyung para ti. —Mark junto a sus otros dos amigos le observaban extrañados mientras alzaban una ceja, sabían que era gruñón, sobretodo cuando se trataba de conocer a alguien por primera vez, pero aquello estaba siendo realmente incómodo para todos.
Se podía sentir la incomodidad entre los dos, que aún se mantenían la mirada, pero simplemente le resultaba difícil mostrarse feliz cuando estaba lejos de estarlo.

JB, ¿cómo sabes que Jackson es menor que tú?

Simple presentimiento. Ahora vamos, no queda mucho para que podamos alcanzar a dejar las maletas y así poder entrar a embarque.

Y sin decir nada más se adelantó, necesitaba alejarse de aquel grupo, por mucho que ahora mismo se sintiera dolido y sentido cuando veía a Jackson, el sentimiento que más lo dominaba era el de enojo junto con la rabia. Por ello prefería estar lo más lejos de él, sabía controlar su temperamento, había aprendido a hacerlo con el tiempo, pero nunca se sabía cuándo esto podía irse a la mierda y simplemente golpear a quien en teoría le había jurado amor por siempre, quien le dijo que siempre estaría a su lado, y cuyas promesas habían resultado ser mentira tras mentira.

En cuanto realizaron el check in con éxito, se encontraban en la sala de embarque, todos sentados, esperando a que su vuelo fuera llamado por el altavoz. En ese tiempo los demás conversaron entre ellos, conociéndose más con Jackson, o eso supuso; por su parte se dedicaba a escuchar música mientras leía un buen libro, el cual había comenzado hace unos días atrás. No obstante, sabía que no iba a lograr enfocarse en la lectura, porque en su mente lo único que pensaba era en intentar comprender cómo el mundo podía ser tan maldito con él, no recordaba haber sido un hijo de puta en el pasado, como para ahora estar pagando tanto karma.

Un suspiro escapó de sus labios y terminó por rendirse y huir de allí, necesitaba estar a solas, necesitaba distraerse y estar ahí definitivamente no le ayudaba. Todavía quedaba una hora para que empezaran a embarcar, así que decidió ir a caminar a otro lado.

Chicos, iré a ver algo y volveré en un rato más.

De acuerdo, pero no tardes mucho, eh.

Y sin mediar otra palabra se dirigió al baño primero, necesitaba mojar su rostro, despertar de la pesadilla que estaba viviendo en ese momento. En cuanto llegó allí, dejó el libro a un costado del lavamanos y comenzó a juntar agua en sus manos para humedecer su rostro, logrando de esa forma sentirse ligeramente más calmado. Eso siempre le ayudaba en momentos así.
Sin embargo, una vez decidió abrir sus ojos, encontró una figura detrás de él, observandole a través del espejo con una expresión dolida, apenada.

Bumie...

No, no te atrevas a llamarme de esa forma.

Pero...

Tú eres sólo un desconocido para mí. No te conozco, pensé que lo hacía... pero no. Siempre estuve equivocado, así que lárgate de aquí. —Se percató cómo el menor mordía su labio inferior, sabía que estaba intentando no llorar, pero se estaba conteniendo.
Se giró, tomando su libro, y se dispuso a salir de ahí, pero una mano le detuvo, lo cual logró que le observara con aun más enojo.

No quiero que esto esté así... no quiero que tengas una mala impresión mía, cada una de las palabras que dije eran verdaderas, todos mis sentimientos fueron sinceros... Nunca quise dañarte, Bumie.

Dejó escapar un gruñido y apartó la mano impropia con brusquedad, tomando el cuello de la sudadera que traía para así estampar su cuerpo contra la pared más cercana que tenían. Acercó su rostro hasta el ajeno, para así finalmente soltar las palabras con todo el odio contenido que venía trayendo desde hace años.

Tarde para decir todo esto, Jackson. ¿Y sabes otra cosa? Me arrepiento enormemente de haberte conocido... saber de tu existencia es lo peor que me pudo haber pasado. Eres una jodida molestia y siempre lo serás.

Y sin decir nada más lo soltó, retirándose de allí rumbo a cualquier lado. Ahora mismo su mente no estaba pensando, no controlaba sus emociones ni tampoco sus palabras, ya que aunque realmente hubiese dicho cada una de esas cosas, lo cierto era... que todo lo que le había soltado a Jackson estaba muy lejos de ser la realidad.
Pero no podían culparlo. Estaba dañado, y el culpable de ello era aquel chino, el novio de su mejor amigo.

『ɴᴇᴠᴇʀ  ꜰᴏʀɢᴇᴛ』| Jackbum/JaesonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora