El chico de las flores

🌸 | Capítulo 01

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El pedido había llegado una hora atrás y la tienda parecía un paraíso lleno de flores, colores vibrantes, aromas exquisitos y esa paz que solo las flores podían transmitir. Jeno había crecido en esa floristería, aprendiendo a amar cada detalle, memorizando sus nombres y el significado que tenía cada una de ellas, adoptando el idioma de las flores como suyo para ser capaz de transmitir sus sentimientos, o los de sus clientes mediante un hermoso arreglo floral.

Las flores cantan, gritan y danzan bajo su propia forma de expresión, el florista podía traducir eso y ese era justo el éxito de su negocio.

Dream Rose ha pasado de madre a hija por varias generaciones en la familia de su padre, como todo, ha sufrido cambios al paso del tiempo, pasando de ser una pequeña tienda con un almacén de dos por dos, a ser un establecimiento grande, con muchos pasillos repletos de flores y un ambiente fresco que las mantiene intactas por días. Dream Rose pasó a convertirse en el corazón de la familia, siendo una tradición entre las mujeres, pero esa tradición se desvaneció con él, siendo el primer hombre encargado de la floristería; sin embargo, no fue una sorpresa para nadie.

Jeno hablaba el lenguaje de las flores, era quien las conocía y las entendía, mientras su hermana mayor sabía de números y finanzas.

Lee Gyuri no era una mujer que iba a dedicarle su vida a una floristería, estancando su talento y su conocimiento sólo para continuar con una absurda tradición entre las mujeres de la familia de su madre, ella quería ser grande, deseaba trabajar hombro a hombro junto a su padre en la empresa. De pequeña odiaba estar en la tienda, de adolescente dejó claro que no quería estar perdiendo el tiempo ahí y de adulta demostró que su lugar estaba en la empresa, no detrás de un aparador tratando de hacer ramos que luego serían echados a la basura cuando las flores se marchitaran.

A diferencia de Jeno, que se crió rodeado de flores, siguiendo a su madre a todas partes para aprender más, escuchando atentamente a su abuela cuando esta le enseñaba el significado de cada flor en la tienda. Jeno era un soñador, tenía ese lado artístico que Gyuri rechazaba, él estaba dispuesto a hacer lo que su hermana no quería y cuando llegó el día en el que se tuvo que enfrentar a su padre, diciendo que no sería él quien tomara las riendas de la empresa, todo el peso del mundo fue quitado de sus hombros.

Mirando a su alrededor, Jeno sonrió pensando que estaría perdido si no le hubiesen permitido encargarse del lugar

El sonido de las campanitas anunciando la llegada de alguien lo trajo de vuelta a la realidad. Jeno alzó su mirada y sonrió al ver de quién se trataba.

—Hey chico flor —saludó Gyuri, adentrándose en la tienda a paso seguro, viéndose tan hermosa como siempre—. Nuestro padre tiene un gran evento en unas semanas y ya sabes lo que tienes que hacer. Al fin se realiza la alianza con la empresa de los Na, por lo que papá botará la casa por la ventana en ese festejo.

—Algo así me comentó por mensajes —dijo sonriéndole a su hermana, tomando un tulipán blanco entre sus dedos para luego extenderlo hacia la chica—. Toma, ten un lindo día, noona.

—¿Quién te dijo que me iba a ir tan pronto? —preguntó ella, rodando los ojos ante aquel detalle, pero sin rechazar la flor. Ella nunca lo hacía—. Quizás vine por algo más y no solo porque papá me envió.

—Te conozco, noona.

—Eish, como sea. Te amo, enano, no te pierdas en el mundo de las flores como siempre, recuerda que existe un mundo afuera que habla un idioma normal.

—También te amo, noona. Ve, ve, las flores me esperan —bromeó, despidiendo a la chica con un movimiento de manos.

Jeno se quedó riendo cuando su hermana se fue, por mucho que dijera que odiaba las flores o esos detalles, siempre había un amago de sonrisa en los labios cuando él le obsequiaba una flor, siempre una distinta y procurando nunca obsequiarle una con un aroma demasiado fuerte para no causarle alergias.