🌸 | Capítulo 05

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Había llegado el día en el que se celebraría la unión de dos grandes empresas con la promesa de hacer un cambio importante en la mercadotecnia que se había manejado en Corea. Jaemin se sentía nervioso pues ese día le dirían cuál sería su cargo en la nueva empresa que había salido de la unión de la de su padre y la del señor Lee. Un mes atrás no había podido contener su emoción cuando se le informó del enlace entre las empresas, había soñado con tener su propia oficina y con liderar su propio equipo, creando campañas publicitarias memorables que la gente tardara años en olvidar, pero en ese momento ya no se sentía tan entusiasmado con todo aquello.

El bullicio del mundo publicitario había comenzado a agobiarlo, todo ese ruido visual le parecía innecesario, los efectos especiales, la música estridente... era demasiado, en un mes se había acostumbrado a la tranquilidad que transmitían las flores, a la paz que lo envolvía cuando escuchaba una suave melodía de fondo mientras se encontraba al lado de Jeno.

Jeno... Jeno era la razón por la cual ya no estaba tan feliz con su futuro laboral, ahora todo parecía muy grande y escandaloso para él.

O siempre lo había sido y hasta ahora era que se atrevía a ver las cosas con claridad.

Soltando un suspiro, Jaemin se miró al espejo, lucía elegante y juvenil con esa camisa de seda vaporosa de color guayaba. Había optado por no llevar saco sino esa camisa, un par de pantalones rectos y zapatos de cuero. Complacido, Jae tomó las llaves de su apartamento y su teléfono para reunirse con Renjun en la sala, quien vestía completamente elegante a diferencia de él. Jun sí llevaba saco y corbata lo que le hacía lucir como un tipo rico y altivo, como si no lo fuera. Altivo no, pero un grano en el culo sí.

—El chico flor decidió aparecer —bromeó su mejor amigo, teniendo las llaves del auto en su mano derecha—. Se te hace tarde, sé que te tienes que reunir con el otro chico flor antes de quién sabe qué cosa de flores y esas cosas.

—Eres insoportable —rodando los ojos, Jaemin se encaminó hacia la salida con una sonrisa en los labios—. No sé por qué eres mi mejor amigo.

—Porque soy el único que te soporta, imbécil.

—Sí, sí, lo que tú digas.

Los dos amigos salieron del apartamento entre risas, Jaemin estaba de buen humor a pesar del nerviosismo que cosquilleaba por todo su cuerpo. Ya deseaba ver a Jeno y pegarse a él como lo había estado haciendo desde que se besaron por primera vez.

Era temprano, el sol todavía brillaba en el cielo, crepitando lentamente a un ocaso que traería consigo el inicio del fin, un final que solo simbolizaba el cierre de un ciclo que había durado cuatro semanas en completarse. La fiesta comenzaría a las ocho de la noche con una rueda de prensa en la que su padre y el señor Lee hablarían sobre la unión de ambas empresas y de aquellos planes que pronto se pondrían en marcha.

Renjun y él se dirigían hasta el edificio del señor Lee, donde se llevaría a cabo la fiesta. Jun iba a finiquitar algunas cosas que su padre le había encomendado mientras él estaría tras Jeno ultimando detalles de la decoración e iluminación.

—¿Nervioso? —preguntó Renjun cuando se bajaron del auto en el estacionamiento interno del edificio—. Te noto callado y pensativo.

—No voy a mentir, sí me siento nervioso —murmuró con la mirada fija en sus pies mientras se encaminaban al ascensor que los llevaría a la planta deseada—. Ya no estoy tan convencido de querer un puesto en esta macroempresa.

—Déjame adivinar y disculpa si me equivoco —reprimiendo una sonrisa, Renjun oprimió el número del penúltimo piso donde debería estar Jeno—. Descubriste que prefieres expresar tus ideas con flores que con efectos visuales y toda la parafernalia de las campañas publicitarias.

El chico de las floresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora