✧ O12

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CAPÍTULO DOCE • chieff hargrove

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CAPÍTULO DOCE • chieff hargrove

—¿QUÉ quieres decir?—preguntó confundida Maxine, mirando al igual que todos al padre de la desollada— No entiendo.

Nadie entendía, era hasta imposible asimilar que la Bryanne Martin que todos conocían tenía poderes y...¿Potenciarlos? ¿Qué clase de demencia tenía Scott?

—La cosa es así—comenzó a explicar—, Bryanne está bajo el control de un monstruo que habita en su cabeza ¿Verdad?

Todos asintieron.

—Por lo tanto ese monstruo tiene el poder de controlar las mentes, dominarlas.

   —Entre otras cosas, sí—afirmó Mike.

—Entonces está dominando a alguien que tiene una de sus mismas habilidades.

   —Sí, pero a Brynn no le sirve de una mierda—suspiró cansado Billy— Si no estaría en este momento aquí, junto a nosotros.

Cerró sus ojos y los frotó mientras recostaba su espalda sobre el sofá, sintiendo que en cualquier momento iba a desvanecerse. Y es que lentamente todo se convertía en una sobrecarga de estrés, angustia y negatividad ¿Pero cómo evitar ello? Nadie sabía qué final les esperaba ¿Vivos o muertos? ¿Cómo podrían estar relajados si no sabían la respuesta a eso?

—Mira, sé que por el momento no lo parece pero vamos a conseguir que ella vuelva—lo animó un poco—. Tenemos una chance—afirmó captando el interés y la atención de todos— y consiste en atacarlo exactamente con su misma arma pero de forma que ésta lo supere, un arma que no pueda detener ni él mismo y que quizás funcione para que esta vez sea Brynn quien lo domine a él.

    —Algo como...¿Darle una cucharada de su propia medicina?—consultó con una sonrisa adrenalínica Max.

—Exacto—asintió—, si Brynn logra dominarlo a él y le ordena que se detenga—pausó y los miró a cada uno—será el fin del juego para ese imbécil.

—O el fin del mundo para nosotros si tu plan se va por el caño, cerebrito—masculló el californiano mirándolo harto.

   —¿Y...Cómo lograremos eso?—preguntó con una mano en su mentón la joven Wheeler, ignorando por completo el comentario lleno de pesimismo de Billy.

Scott se levantó de su asiento y fue en busca de su chaqueta, haciendo que todos menos Billy también se pusieran de pie; atentos a la–por el momento– única solución que tenían para remediar esto.

HEART TO HEART | Billy HargroveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora