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Mi nombre es clasificado, pero mi alías es Jaden, eh estado investigando sobre todo tipo de fenómenos que nos rodean, desde contradecir la metafísica, hasta saltar a la piscina del abismo infernal de los pensamientos más allá de la comprensión racional.

Mi historia se desenvuelve en el año dos mil dos, un día caluroso del seis de enero, a las veintitrés treinta de la noche.
Una mujer de cabello corto, negro azabache, pujaba con todas sus fuerzas, luchando contra los cólicos del parto. Gotas de sudor se le resbalaban de la frente, sus ojos eran mares desbordándose.
Unas manos blancas con olor a látex lograron sostener una pequeña, frágil pero resistente cabeza de tan sólo treinta y cuatro centímetros de diámetro, un cuerpo minúsculo de trescientos huesos que, con el paso del tiempo, terminarían siendo solo doscientos seis.
En aquel momento que cortaron el cordón umbilical, el oxígeno que antes trasmitía la madre, ahora los transmitían los pulmones propios del bebé.
Un sonoro llanto que se hacía creciente como el claxon de un tren a lo lejos, se hizo presente en la habitación del hospital. Tan pronto como la presencia dentro del vientre se había desvanecido, la mujer de cabello negro, pudo controlar su respiración, inflando y expandiendo su pecho con impaciencia.
La desesperación del instinto materno, pedía a gritos a su retoño, precisaba de sentir a su cría, necesitaba verla con ansías. Las plegarias de la mujer habían sido escuchadas, puesto que la repentina presencia de la enfermera con la cría en sus manos, apaciguó las quejas de la figura femenina recostada.
Sólo una mirada bastó para derretir su corazón, aquélla minúscula vida a base de carbono, valía más que cualquier cuadro antiguo.
La suavidad en su agarre, era tal que pudo sentir como el microscópico corazón latía a mil por segundo.
Aquéllos párpados permanecían cerrados, pero el instinto de buscar lactancia, fueron sus ojos. La madre no tardó en acceder a su petición muda, concretando así, el nacimiento de una nueva predecesora.

Años más tarde, sin saberlo aún, la niña fue creciendo conforme a las enseñanzas y régimen tanto de sus progenitores, como del gobierno mismo, siendo así, otra más del "rebaño del mundo".

Sus característicos pero no distintivos dotes, fueron floreciendo como ella. A sus dos años, ya podía expresar su manera de pensar, a través del papel y la pintura. A los siete años, fue sometida a la disciplina escolar, tanto dentro como fuera de la escuela. Sus padres la obligaban a tener en su mente las tablas de multiplicar, a retener lo recién dictado, y a saber leer bien, teniendo buena pronunciación.

Todo aquello era un infierno para una mente joven, que apenas iba construyendo los pilares del conocimiento, con el paso del tiempo, las tablas de multiplicar se transformaron en un arma esencial para las ecuaciones matemáticas, la retención de lo dictado por voz, se volvió una guía para la mente a la hora de usar la motricidad escrita, y la pronunciación en la lectura, se fusionó con sus pensamientos, dando paso a todo tipo de dialectos más allá de un lenguaje español.

Los años pasaban, y la joven absorbía conocimiento como una esponja. Su interés en el prescolar siempre fueron el arte y la literatura, en la primaria, la biología, la ciencia, y todo aquello que tenga que ver con botánica. En la secundaria, su interés se desbordó completamente en la medicina, estaba fascinada con la filosofía, la literatura, el inglés y el arte, aún así, su interés por la medicina, no era más grande que el interés por la filosofía. De alguna manera, ese tipo de conocimientos, lograba atravesarla por completo y hacerle cosquillas las entrañas del saber.

Pronto se dió cuenta de que su sed por el conocimiento, era insaciable. Era un monstruo voraz, ella sabía perfectamente que el conocimiento absoluto, podría ser un arma de doble filo, pero, también era consciente de su propia ignorancia.
Ella sabía que en ciertos momentos, saber tanto era malo, pero no saber nada, era aún peor.

Con la llegada de la universidad, aquéllos pensamientos acerca del saber, se convirtieron en una canción insoportable que se repetía en su cabeza una y otra vez.

Luego de años de haber estado bebiendo energizantes y actualizar Wikipedia, el día de su graduación llegó, lo que la hacía caer en cuenta de que sus años en la escuela, eran escalones de bajada al infierno, dando paso al último piso de la vida, conocido normalmente como madurez, pero llamado originalmente, la casa del diablo, en donde no eras bienvenido.

Luego de la graduación, mi diploma se convirtió en papel sanitario para algunos jefes del dinero, ya que para ellos, tu llegada en la empresa laboral, no era más que un dolor de espalda baja.

"— Debes tener experiencia laboral —", Defecaba la garganta empresarial, llena de billetes desbordantes en sus bolsillos.

La manera en la que un humano se rebajaba ante la presencia de almas vacías, era tal o más baja que la forma en la que los canes lamen los zapatos de sus amos.

El tiempo en busca de una fuente "verde", se vuelve una perdida constante de energía. En cuanto menos prestas atención, no logras captar de que las nuevas tecnologías siempre han sido una fuente no tan confiable de dinero.

Al fin, con los ojos como lava y el trasero en forma geométrica, una de las pestañas del buscador, da la esperanza al trabajo rogado.

"—La vida puede ser fácil, sólo tienes que aprender a sobrellevarla—", un sólo click bastó para tener al fin un plato de comida digna sobre la mesa.

El espacio entre las cuatro paredes de la independización, no era fácil de llevar, pero al menos la esperanza y la abstinencia a la depresión, ayudaban más que una confesión en la iglesia.

El árbol genealógico se mantenía firme y sólido como el metal mismo, aunque las raíces no se vean a simple vista, siempre existía la posibilidad de volver a ver un indicio de rama sobresaliente.

Festividades como días feriados, navidades, cumpleaños y ocaciones especiales, siempre eran motivos de reflejos brillantes en el rostro, así como también, una calidez mas fuerte que la llamas del sol, dentro del pecho. Sólo cuatro personas que conformaban una sociedad pequeña, provocaban ese tipo de sensaciones, personas importantes para la descendencia en pie, de frente a ellos, levantando sus copas cristalinas, regocijándose de un nuevo año juntos.

Aquellas manos con uñas largas, cabello negro, ojos café con miel y el cuerpo rondando los veintitrés, no percibía el mundo como antes.
En un sólo parpadeo, un recuerdo fugaz del pasado, apareció como un destello enceguesedor, apaciguando los mares bravos de la preocupación deudal. Sabiendo que está sola física pero no mentalmente, acude de rodillas a sus progenitores por un préstamo de verdes, un color que volvía la oscuridad en luz temporal.

No recordaba que el mundo fuera así de frío, un ala cálida de amor, siempre la abrigaba en su niñez, pero...¿y en la adultez?
Otra vez se preguntaba el por qué de vivir en soledad, esa pregunta siempre rondaba en su cabeza.

Pasó el tiempo, lo que antes eran sueños, hoy son sólo juguetes desechados de la imaginación. Su suerte era una leyenda urbana, no creía en cosas como buenos o malos días, sólo eran días.

Su sed por el conocimiento seguía allí, pero ahora tenía cadenas de realidad, a veces solía soltarse y se escabullía por páginas web de información universal.

Sus globos oculares se deleitaban con historias que ponían a prueba la metafísica y el mundo de las ideas, volviendo a escuchar en mi mente, lo que significaba el alma tripartita, recordándome mi niñez.

Las yemas de los dedos se posaron sobre las teclas, el cerebro había picado el cebo de la curiosidad, siendo inesperadamente tragado por el asombro y la maravilla de cada historia que parecía falsa, pero que las neuronas luchaban por convencerme de que era verdad.

Muchos años estudiando sobre circuitos, para luego recibirme y terminar trabajando en una tienda online.

Los párpados comenzaron a caer como una lluvia de verano, pronto el cuerpo relajó los músculos, provocando un reflejo de movimiento que dentro del cerebro se sintió como una caída evitada.

La luz electrónica se convirtió en noche, dando paso a la hora del descanso, escuchándose un ruido no muy fuerte de resortes siendo contraídos.

Dando un mudo "Buenas noches" a la luna, esperando pacientemente a la llegada del sol, con los ojos cerrados y el cuerpo estirado.

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⏰ Última actualización: Dec 27, 2019 ⏰

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