Mis amigos son idiotas.
Es noche de purga y aunque pasar el tiempo en mi casa alcoholizándonos parece buena idea, sé que no es lo más inteligente.
De todos modos, no puedes escaparle a la muerte, porque si alguien va por ti, te encontrará, pero si no, estás casi un 50% seguro, sin hacer ruido.
—Mírenlo —dice Chris a mi lado y todos voltean hacia él.
Está hablando de Joel.
Camina nervioso agarrando sus libros y detesto verlos caminar en su dirección.
No tiene sentido, pero no soy capaz de decirles que se detengan.
—A-A-A-A-Alto, Joel —lo llama Richard exagerando la mala imitación de él que está haciendo y me siento mal porque él voltea con esa misma expresión que siempre tiene, cuando las personas se burlan.
No responde.
—No-no-no nosotros te vimos, y quisimos saludar.
Idiotas.
—¿Qué va-va-vas a ha-ha-hacer en la-la-la purga? —le pregunta Zabdiel palmeando su rostro y veo como se aleja.
—Ba-basta —dice tratando de sonar seguro, pero no le sale y ellos se ríen.
Chris pasa por su lado tirándole los libros y solo yo me quedo frente a él.
Cuando están unos pasos adelante, me agacho también y le ayudo a levantarlos.
Me mira unos segundos a los ojos, y no es la primera vez que pasa.
Joel y yo no hablamos, pero a veces, puedo incluso afirmar que hay complicidad entre nosotros.
Una implícita y nada profunda conexión.
—No me-me ayudes, gracias —susurra regresando la mirada a sus manos y yo suspiro.
—Joel.
—¿Sí, Erick? —pregunta sentándose en el suelo y sonrío.
Me alegran sus pequeños logros al hablar, aunque no seamos amigos.
Así es como soy.
—No dejes que nadie te haga sentir mal por esto, te hace especial, y no considero que sea malo.
—Tú me tienes lástima.
—No, no es lástima.
Siento que no me cree y eso me entristece, pero no considero adecuado insistir.
Me levanto y despido con la mano derecha, porque van a dejarme y es casi hora de subir al último tren.
—A-Adiós, Erick —dice girando y yo quiero seguir hablándole, pero Joel no tiene nada en común conmigo.
Voy rápidamente hacia la estación y me los encuentro en el camino.
Estúpidos.
[...]
Esta no es una prueba.
Este es su sistema de emisión de emergencia anunciando el inicio de la purga anual, autorizado por el gobierno del país.
El uso de armas de clase cuatro y de nivel inferior, está permitido durante la purga.
El resto de armas, están prohibidas.
Se ha concedido la inmunidad a la purga a los funcionarios gubernamentales de rango 10 y no se les deberá hacer daño.