Sarys

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Luego de que la reunión con los creyentes acabara, el papa llamó a sus "niñas santas".
- Nuestro dios está agradecido con las 19 de ustedes, pero Sarys, Sarys Werjin I'ligino, él no está contento con tus tareas -. Se acercó lentamente envuelto en su manto de joyas. - Pero... he ayudado a cada una de las personas que me necesitaban. Todas estaban satisfechas hasta me ofrecieron joyas por mi trabajo -.
- Pero, ¿son creyentes? -le preguntó.
- A-Algunos los son -
- ¡Todos deben serlo! Con la llegada de una nueva religión, nuestros socios se reducen rápidamente ¿Crees que es momento para dejar escapar esas almas vírgenes de nuestro señor? -
El papa Rofís golpeo a la niña con su bastón dejándola en el suelo. Las otras niñas se quedaron viendo como maltrataban a la joven. No querían arriesgar su salud o su estatus social.
- Pero... nuestra tarea es ayudar... a las-
- Vuestra tarea es reunir creyentes- la interrumpió y luego la golpeó otra vez.
La llevaron a la sala de tortura, bajo la iglesia. Con el mejor látigo que tenían le hicieron grandes tajos en su espalda y piernas. Fue a dormir sin cenar y mientras dormía caían lágrimas pequeñas que estaban a reventar de dolor.
Al día siguiente, entendió porque no la asesinaron. Al conocer tantas personas creyentes, fue tomada como hereje gracias al papa. Ya no tenía amigos, ni casa y las personas que la querían aún no hacían nada por miedo a acabar como ella.
Comía de los demás: Las migas de pan de las mesas, la última gota que queda en las botellas, juntaba los centavos de la gente que los tiraba a la fuente de Gycatro.
Rafis cambió la forma en la que la pequeña veía el mundo. En vez de verlo para salvar a la gente y crear una utopía máxima, lo veía como una lucha de dinero, estatus, seguidores y miedo. Si tienes dinero, consigues estatus. Con el estatus consigues más seguidores y dinero. Entonces puedes llegar a un nivel de estatus tan alto que la gente te hace caso solo por miedo a que le pase algo.
Si, la situación de Sarys empeoró de la tarde a la mañana siguiente.
Mientras se escondía, encontró en la noche un lugar colorido, lleno de sonidos alegres como música y risas. Era una feria al límite de la ciudad. Había puestos de comida, ropa, pintura, etc. Era la Kritewak, una fiesta que se celebra en las afueras ya que el poder de la otra religión es más grande que esta; es un tipo de escondite.
- ¡Bienvenidos al Kri-te-wak! - dijo un hombre que sostenía un megáfono.
- La fiesta en la que dejamos la avaricia de lado y todo lo que vendemos es gratis y para cualquier persona, sin restricción. Toquen, tomen, y gozen todo lo que quieran. Lo único que está prohibido es sentirse o hacer sentir mal a otra persona. Recuerden que yo, el profeta de Monyobi, seré el encargado de todo, si tienen alguna duda, vengan a verme -
Sarys se sentía libre, libre de comer lo que quisiera, libre de ver lo que quisiera, libre de todo. Se sentía más libre que cuando estaba en la iglesia.


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⏰ Última actualización: Jan 05, 2020 ⏰

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