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Diciembre, que rápido ha pasado el año, y lo poco que gano me alcanzo a las justas para mantener a mi pequeña familia, mi esposa y mi hija. Y ahora, mañana es navidad y mi hija va a querer su regalo de navidad. Diablos, porque no pensé mejor las cosas y no hubiera invertido todo mi dinero en esa empresa. Explicarle a mi esposa, lo hare después. Primero, debo de resolver el problema de mi niña, su pequeño cerebro, no seria capaz de entender mi situación.

Siguió caminando mientras pensaba en resolver su problema, cuando por accidente tropezó con alguien.

- Oh lo siento – dijo Bob avergonzado – Estaba caminando sin prestar atención.

- No se preocupe – dijo la anciana – Lo noto preocupado, ¿puedo ayudar en algo?

- No, no se preocupe usted, todo estará bien, eso espero

- ¿Qué le sucede caballero? Conceda a esta anciana, a no sentirse una inútil y déjeme ayudarlo.

- Bueno, verá, estamos en diciembre y se viene la navidad, y tengo una hija de 5 años que espera su regalo de navidad con ansias.

- Ya veo a donde viene a parar esto.

- Si, y sabe, no quiero que mi niña pase una horrible navidad por mi culpa.

- Verá señor, tengo la solución para su problema.

- Logra ver ese callejón que esta en medio de esas dos casas – levanto la mano izquierda, sin dejar de mirarlo – Pues, vera allí hay una tienda donde encontrara artículos de segunda mano, pero a un muy cómodo precio.

- ¿Enserio? – dijo asombrado y mirando a aquel callejón – Y ¿Qué clase de artículos vende, sabe?

- Variedades incluso puede encontrar lo que está buscando – dijo la anciana con una sonrisa en los labios – Bueno, me tengo que ir, espero haberlo ayudado, joven.

- Si, de hecho, que lo hizo – dijo Bob sonriéndole a la anciana – Déjeme darle un poco de dinero, por la ayuda que me dio.

- Oh, jovencito, no se preocupe, con tal que me prometa que ira a esa tienda y comprara lo que necesita, me basta – dijo ella mirándolo a los ojos ansiosamente.

- Muchas gracias, claro que lo hare, iré ahorita mismo – dijo Bob mirando a ese callejón – Nos vemos anciana.

Mientras avanzaba hacia ese callejón, sintió un escalofrió que le recorrió la espalda.

- Quizá sea el frio de esta noche – pensó y miro hacia atrás – Tal vez tuvo algo importante que hacer.

Cuando se percato que la anciana había desaparecido, ya estaba situado en la entrada del callejón.

- Mmmmmm... en el cartel dice "Callejón EvilToy" – pensó Bob – Ojalá supiera inglés, bueno probemos suerte.

Se adentró, el callejón tenia cierto aspecto tétrico, casas de maderas viejas con ventanas rotas, con techos de calamina empolvadas, el camino era de tierra con charcos que se formaban al lado por culpa de las lluvias. Bob se sentía observado por cada casa que pasaba e irónicamente la tienda que aquella anciana le había recomendado estaba al final del callejón.

La tienda era totalmente diferente a las casas aledañas a ella, tenia un letrero de neón con letras pequeñas que rezaba "Bienvenidos a su tienda favorita, recuerda aquí no se aceptan devoluciones". Lo raro era que la tienda no tenia nombre. Bob pensó que tal vez no era necesario debido a la ubicación en la que está. La puerta era de vidrio, que sonaba cada vez que alguien la abría. La tienda era mucho mas impresionante por dentro, el suelo era de madera recién pulida. Había tres filas de estados con 3 estantes en cada uno, en cada estante había artículos pequeños y medianos, pero lo extraño era que no venían con sus precios. Bob pensó que seguro le darían los precios en la misma caja.

Un regalo de NavidadWhere stories live. Discover now