- ¡¡RAYOS!! - grite con frustración ¿porque me tuve que perder? - maldición hoy no es mi día - susurre.
Bueno mejores me presento, hola soy kikyo hitaka, tengo el cabello largo color negro, ojos color marrón tengo tez blanca y una estatura un poco baja. Soy una estudiante de preparatoria, estudió en la escuela shikon la más popular de todas. Hace unos días salimos de viaje con toda la escuela a una casa que queda en medio del bosque.
Se preguntaran ¿porque estoy perdida?, pues bien les diré.
Hoy cuando el bus se estacionó para poder refrescarnos, a mi se me ocurrió la "genial idea" de dar un pequeño paseo sin compañía alguna y sin querer me fui adentrando más y más al espeso bosque y cuando me di cuenta, ya me había perdido, y ahora estoy aquí, perdida en el bosque, caminando y caminando para poder encontrar el bus o algún compañero de mi clase, pero grave error al tratar el encontrar el camino, pues me perdí por completo. Ahora estoy buscando alguien que me ayude, pero lo único que veo y encuentro son árboles y más árboles. Y llámenme loca, pero desde hace rato siento que estoy siendo vigilada por algo o por alguien desde algún lugar de este enorme bosque.
He oído rumores de que por aquí suele haber vampiros. Bha, vampiros, si claro ya dicen, yo no creo en esas cosas, pero lo único que si me aterra es encontrarme con algún animal peligroso. De solo pensarlo me dio escalofrió. Salí de mi imaginación al escuchar un ruido de donde estaba parada.
- ¿hola? - dije algo nerviosa - ¿hay alguien ahí? - pregunte pero no hubo respuesta. Mire a mi alrededor pero solo veía hojas y ramas de los árboles moverse con el viento y los arbustos que eran espesos y que no se podía ver nada.
- ¿que haces en mis bosques? - pegue un salto del susto al escuchar esa fuerte, varonil y sensual voz voz. Mire por todos lados pero no vi nada así que respondí.
- me perdí y no encuentro el camino - dije lo más tranquila que pude - ¿me puedes ayudar a encontrar el camino?
Hubo un silencio, tal vez ya me estaba volviendo loca al escuchar voces y hablar sola, fue entonces que escuche el crujido de las ramas, mire hacia el sonido y lo que vi me dejó helada.
De entre los arbustos salió un joven, era un poco más alto que yo, de tez clara, tenía el cabello largo y plateado casi hasta topar el suelo, tenía un flequillo en frente que estaba partido por la mitad que en medio del flequillo había una media luna y sus ojos eran color miel, tenía puesto una vestimenta rara, y su edad... tal vez seria entre unos veinte a veinte y seis.
No sabia que hacer, este sujeto era intimidante. Además estaba en sus territorios y no se veía muy feliz que digamos.
- tienes que ser muy despistada para que te pierdas - dijo mientras se acercaba a mi - con un extraño que puede hacerte cualquier cosa ¿no lo crees? - eso ultimo que dijo lo hizo con una sonrisa en su cara cosa que me hizo helar la sangre.
No sabia que hacer, este sujeto que tenia en frente podría aprovecharse de mi y violarme, a lo único que atine fue a retroceder cuando él estaba más cerca mio.
- aléjate... - dije pero no me hizo caso y siguió acercándose más a mi - ¡¡¡he dicho que te alejaras que no entiendes?!!! - grite pero ni con eso se detuvo.
- sabes, es muy extraño ver a una joven que ande sola y sin protección alguna - acercándose más a mi - y yo hace años que no tengo diversión con alguien - dijo con una sonrisa en su rostro, eso me asusto. Solo atine a salir corriendo de ahí, de lo contrario terminaría siendo violada por este sujeto.
Me metí entre los arbustos y ramas, podía sentir que me seguía al escuchar las pisadas detrás de mi. Llegue hasta ver la luz y corrí lo más rápido que pude, pero de repente algo enredo mis pies y caí de cara al suelo. Intente ver que era y grande fue mi sorpresa al ver una especie de cuerda con piedras en las puntas que estaba enredada en mis pies, levante la mirada y a lo lejos vi a ese sujeto acercarse a mi con pasos muy tranquilos, desesperada comencé a tratar de sacarme eso, pero no pude, por más que lo intente, fue inútil.
- eres muy rápida niña, pero no conoces mis dominios - dijo con arrogancia - fue muy fácil atraparte.
- maldito... suéltame - intente liberarme pero era inútil.
- no - se acerco y se puso encima de mi - ahora me perteneces - se acerco a mi cuello y lo empezó a lamber, mis manos estaban atrás de mi espalda y no me podia mover, pues todavía estaba boca a abajo y con el peso de él encima mio, no ayudaba.
- suéltame - pero no se alejo y sentí como me mordía el cuello, grite un poco, pues dolía como un infierno, es como si tuviera colmillos.
No se como o donde, pero cuando sentí que me quito la soga de mi pie lo empuje y salí corriendo a toda prisa hasta salir de ahí. Al momento que salí de ese extenso bosque vi a todos mis compañeros y compañeros al igual que profesores gritando mi nombre. Sin fuerzas caí de rodillas al duelo poniendo las manos en la hierva verde, respirando con dificultad.
- kikyo ¿en donde te metiste? - me pregunto rin preocupada.
- te estuvimos buscando por horas - dijo sango acercándose a mi.
- todos estaban preocupados por ti - escuche la dulce voz de kanna.
- da igual, lo importante es que aparecí - conteste levantándome del suelo.
- señorita kikyo, ¿en donde se metió? - me pregunta el profesor molesto.
- me perdí en el bosque - contesto sin darle mucha importancia.
- bueno pues ya no se pierda, todos suban a los buses - dijo el profesor.
Todos subieron al bus, yo camine un poco, vuelta mire al extenso bosque y ahí lo vi a él, me miraba directamente a los ojos, inconscientemente lleve mi mano a mi cuello justo en donde me mordió, no había nada, eso me sorprendió, y ahí entendí porque no me preguntaron por la marca de mi cuello.
- kikyo sube - voltee a ver a sango y vi que tenia una sonrisa y después volví a ver en donde miraba antes y él ya no estaba. ¿acaso era mi imaginación?, sin querer saberlo subí al bus y nos fuimos. Me senté alado de la ventana y observaba los árboles, llevaba mi mano a mi cuello sin querer, hasta que vi una sombra moverse con agilidad entre los arbustos, era él sin duda alguna, no lo podia creer, ¿acaso me estaba siguiendo?, segundos, minutos, horas, parecía que nunca íbamos a llegar al lugar, se me fue eternos hasta que finalmente paro, y no me había dado cuenta de que él ya no estaba a la vista.