Rachel Watson es una chica de delicada estabilidad mental y problemas con el alcohol, quien desea la vida de la pareja que acostumbra a observar en el tren; Jason y Jess, quienes en realidad son Scott y Megan. Un día Megan desaparece, Rachel; como la reina de tomar malas decisiones que es decide entrometerse y tal vez, sin querer, entorpecer la investigación y poner la vida de quienes rodeaban a Megan de cabeza.
Si el libro tiene un aspecto positivo que destacar sin duda alguna es lo rápido que se lee, a pesar de no poseer una narración muy lograda es atrapante. Me encanta que se alterne el pasado con el futuro, la perspectiva de Megan, Anna y Rachel, pero creo que lo que más adoro es que se juegue con las lagunas mentales de la protagonista.
En esta novela no te encariñarás con ningún personaje, en algún momento odiarás a todos tal como yo lo hice, pero a la vez te puedes identificar con algunas partes de ellos, lo bueno que destacaría en estos es que son humanos con sus propios defectos, siendo estos tan comunes que se vuelve fácil identificarse con ellos. Por ejemplo ; El sentido común no es un gran aliado de Rachel, volviendola a veces exasperante, pero al menos he de admitir que algunos de sus pensamientos me conmovieron.
Respecto a la trama; Quienes están acostumbrados a leer misterio probablemente verán venir el final o este no les termine de encajar, ya que este es bastante forzado y carente de sentido. Tal vez el final una de las partes que menos me gustó del libro, ya que a pesar de que no es del todo malo ni tampoco es abierto me dejó la sensación de que las cosas no se habían cerrado completamente.
ADVERTENCIA: De aquí en adelante hay spoilers, se destroza aquí una de las partes esenciales del libro, si deseas continuar que sea bajo tu propio riesgo, si no has leído el libro y no quieres recibir muchos detalles sobre la trama continúa en la conclusión.
Personalmente me agradó la idea de que Tom sea el asesino de Megan, aunque sea un final que no encaje, le añade un poco de profundidad este personaje. A pesar de que en las últimas 100 páginas se note la intención de mostrar a Tom como alguien malvado no puedo evitar interesarme en él psicológicamente. Él es un patán, pero es el tipo de patán de los cuales amas odiar y en parte les terminas agarrando un poco de cariño por su falta de humanidad.
Es el tipo de personaje el cual si nos ponemos a analizar no terminaríamos nunca, la idea de que no se sienta culpable por ninguno de sus actos y le de la responsabilidad de estos a alguien más es una característica maravillosa para crear a un antagonista. Al fin y al cabo; Los peores villanos son los que se creen buenos.
Respecto a Scott: Este era un chico increíblemente tóxico y dependiente, lo cual en la vida real sería algo bastante malo... Pero, esto es ficción y nadie necesita personajes de buen compás moral para entretenerse. ¿Quién no disfruta de un personaje moralmente incorrecto en un buen libro?. Yo al menos disfruté en gran medida la escena en la que este se afronta a Rachel luego de descubrir su gran cadena de mentiras.
CONCLUSIÓN:
Amo odiar a los personajes. Es un libro bueno para quienes deseen adentrarse en el género de misterio. Esta novela no debe ser tomada en serio para ser disfrutado yes un libro para leer en un fin de semana o para darse un pequeño descanso. No es de los mejores libros pero es disfrutable
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Destripando libros
Non-FictionUna asesina serial de libros ha sido absuelta de una gran biblioteca; Se caracteriza por destripar el libro que se le cruce enfrente, desmembrar palabra por palabra, analizar hasta el más mínimo detalle. Suele apuñalar con cada aspecto negativo del...