33: Tonta

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Estos días se hacen muy largos. Soy una tonta. Soy una tonta porque lo espero. Espero a que me hable. A que se arrepienta. A que me diga que todo fue un impulso de momento. Lo estoy esperando. Sé que me va a hablar. Tengo el celular al costado todo el día. Sé que me va a llamar, que querrá arreglar las cosas. Miro mi celular a cada rato. Entro a su twitter. Al menos me sigue todavía en Twitter. Lo stalkeo. Le doy f5 a cada rato. No ha twitteado nada. Y así estoy todo el día. Nada. Ya no twittea. Sigo llorando. Como idiota. Y pienso ... ¿qué pasaría si le hablo, tengo chance todavía? y así pienso mucho eso. Al final decido hablarle. Y le hablo. ¿Para qué? Para que me diga que ya se acabó. Que ya no le hable. Y peor, que ya no le insista. Lloro. Le digo que al menos nos veamos para arreglar todo cara a cara. Dice que no quiere verme nunca más. No entiendo nada. Y no sé de dónde me salen tantas lágrimas. Pero en mi casa nadie se da cuenta de nada. No quiero que sepan todavía. En mi casa todos lo conocían. Casi toda mi familia. Sería muy raro que les diga algo de eso. Más adelante tal vez lo haga, cuando ya haya pasado más tiempo. Sigo llorando.

Diario de un gran amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora