4 (final)

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El fajo de dinero que estaba destinado al depósito de su nuevo departamento ahora está en un sobre, colocado con cuidado en el bolsillo lateral del maletín marrón de Chanyeol. El nerviosismo lo pone inquieto mientras se sienta en un café cerca de su oficina. El lugar está lleno de gente de la oficina por la noche, van para quejarse después de un día de trabajo, y se maldice por no haber elegido un lugar menos lejano, porque le gustaría gritar. Sí, le gustaría gritar, tal vez algo realmente dramático como, "Es  a quien no querías. Y ahora nunca podrás recuperarlo". O quizás ella tenga sus razones. Chanyeol la escucharía, él pagaría su impaciencia con una taza de chocolate caliente y luego le diría lo bien que Yifan lo ha hecho sin ella. Luego le preguntaría: "¿Lo echas de menos?" Es mejor que la respuesta sea "sí". Chanyeol es capaz de golpear a una mujer. (Ok, no. Porque es masculino. Pero, bueno).

Alguien entra en el café y Chanyeol la reconoce de inmediato. Su altura y características, es tan claro como el día. Ella es la madre de Yifan, el hecho es tan revelador que a Chanyeol le duele. '¿Por qué no querrías a tu hijo si se parece tanto a ti?' Quiere preguntar, no tiene la oportunidad. Cuando la mujer ve a Chanyeol de pie, se apresura, urge cada paso. Hay gritos, pero no son suyos. Chanyeol no la comprende, está seguro de que no podría, aunque supiera chino. Sus oraciones son arrastradas, tiene el cabello desarreglado y los ojos llenos de desesperación. El cuello de la camisa de Chanyeol está atrapado en sus manos y los clientes de la cafetería están comenzando a mirarlos fijamente.

Absolutamente aturdido y desprevenido para esto, Chanyeol es incapaz de hacer otra cosa que no sea quedarse allí parado. Se olvida se todo su discurso justo cuando agarra su maletín y lo vacía: papeles, bolígrafos, su teléfono, todo en cascada en el suelo. Cuando el sobre que contiene el efectivo cae, ella grita y lo abre, cuenta el efectivo con manos emocionadas antes de salir corriendo del café. La conmoción dura solo unos pocos minutos y pronto todos reanudan su cena y su plática, mostrando poca preocupación, excepto por un movimiento ocasional de ojos hacia donde Chanyeol todavía está de pie, con sus pertenencias esparcidas a su alrededor.

Su mundo acaba de colapsar y nadie parece haberse dado cuenta.

Chanyeol ha entregado parte de su futuro a alguien a quien ni siquiera le importa. ¿Qué ha hecho?

Cuando Chanyeol regresa a casa, planea otra cosa, descarta la verdad y dice: "Ella te extraña".

La mentira es tan delgada como el papel y cuando se deja colgando en el aire, se arruga igual.

Con los ojos fijos en Chanyeol, Yifan camina directamente hacia él. "Recuérdame una vez más por qué estoy haciendo esto". No hay sonrisas indulgentes, ni risas bajas. Tampoco es regaño. Hay resignación, tan absoluta, que la sonrisa también muere en la cara de Chanyeol. Lo siente, lo siente mucho, demasiado. Porque lo que Yifan pudo haber tenido, Chanyeol se lo ofreció a alguien tan indigno. Eso es muy injusto pero de alguna manera, necesario.

"Porque me amas".

"Bobo".

Pero más tarde esa noche, cuando están acostados, es Chanyeol quien lo mantiene cerca, dejando que la oreja derecha de Yifan se presione contra su pecho, escuchando el fuerte latido de su corazón. Es Chanyeol quien presiona sus labios contra la frente de Yifan, tratando de alejar sus problemas, usando sus dedos para hacer magia por su espina dorsal, consolándolo de la manera que solo él puede. Y es Chanyeol quien dice estas palabras que hacen a Yifan suspirar y cerrar los ojos. "Está bien, soy yo", susurra, cada palabra que se une a los contornos de los oídos de Yifan, "está bien llorar".

No la necesitas conmigo. Quítate la armadura, es muy pesada.

La tensión siempre presente en los hombros de Yifan finalmente se va la próxima vez que exhala. Yifan exhala y sus pulmones le quitan todo el dolor.

Estamos bien *TRADUCCIÓN* (KrisYeol)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora