Se siente como si tratase de arreglar un vaso roto.
Sabe que si siquiera lo intenta, ella será la que termine con heridas, pueden ser superficiales o profundas, pero siempre estarán ahí.
Por tratar de hacerlo entrar en razón, será ella la que caiga.
O tal vez, por miedo a dar su opinión, sea ella quien termine con sentimientos reprimidos.
No hay ecuación alguna en donde ella termine bien.
Y se siente tan estúpida por eso.
Ella sabía lo que vendría y de igual forma no paró.
Ella sabía que podía ser un pozo sin fondo pero de igual forma se tiró al vacío.
Tal vez pensó que sería como en aquel libro en donde el protagonista drogadicto decía cosas como "caería primero por ti para bloquear tu dolor".
Pero por supuesto que no, él no iría a un centro de rehabilitación solo por ella, él no caería antes para que ella no sufra, él ni siquiera le pregunta cómo está, pero ella... ella se merece el puto Grammy a la más idiota, o a mejor persona, por seguir con él, por acompañarlo aún sabiendo que él no la quiere, por seguir intentado aún sabiendo que es en vano.
Cuando ella cambie para con él, aquél drogadicto se dará cuenta de que en realidad sí tenía aquél mundo que tanto deseaba, sólo que estaba cegado por el humo de marihuana y no pudo verlo.
Pero será tarde, porque el vaso roto ahora será ella.
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Pensamiento De Medianoche En Alaska.
AléatoireCosas que no me atrevo a decir en voz alta.