"Un hilo rojo invisible conecta a aquellos que están destinados a encontrarse, sin importar el tiempo, lugar o circunstancias. El hilo rojo se puede estirar, contraer, enredar, pero nunca romper."
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"Un hilo rojo invisible conecta a aquellos que están destinados a encontrarse, sin importar el tiempo, lugar o circunstancias. El hilo rojo se puede estirar, contraer, enredar, pero nunca romper."
En general, esa es la creencia popular, pero para personas como nosotros, seres misteriosos capaces de verlo, sentirlo y manipularlo, es un hecho que aquella leyenda, está muy lejos de la cruel realidad.
A ciencia cierta, ninguno de nosotros sabe cómo funciona el destino, ni mucho menos que nos depara a cada uno, pero de lo que si estamos seguros, es que estamos prediseñados, moldeados a partir de cientos de fuerzas distintas que coaccionan a nuestro favor o en nuestra contra.
Muchos creyentes piensan que estamos unidos a nuestra otra mitad por una atracción sobrenatural, almas gemelas le llaman, lo correcto, para nosotros, sería Karma.
Toda acción tiene una reacción, y el destino es un hijo de puta, que devuelve maximizando cada error que cometiste en el pasado, no importa si esta es tu primera, segunda o décima vida, en todas ellas los pagarás, con creces.
Ese fue nuestro castigo, claro está que unos fuimos más vulnerables a la tentación que otros.
Nosotros somos la reivindicación del destino.
Podemos manipular, tocar, sentir, ver e incluso romper aquellos hilos, el único precio, bueno, es el nuestro propio.
¿Crees en el destino o en las casualidades?
¿Será que habrá algo más allá que une, enreda, separa y luego vuelve a unir?
¿Crees que hay almas que vienen predestinadas para estar juntas?
¿Crees que todos en esta vida nacimos para estar conectados con alguien?
Esas son preguntas que te haces constantemente ¿No es así?
