𝐺𝑜𝑜𝑑𝑏𝑦𝑒 ☹️; KookMin 국민 O. S

¢αριтυℓσ υnι¢σ

I'm standing on a bridge
I'm waitin' in the dark
I thought that you'd be here by now
There's nothing but the rain
No footsteps on the ground
I'm listening but there's no sound...

El día que Park Jimin tanto temió, llegó.

Sabia que era inevitable, mas probable cuando habían rumores de guerra.

Jeon Jungkook debía alistarse al ejército, y Jimin no tuvo mas opción que dejarle ir.

Un día en la mañana antes de partir, recuerda cómo su pareja no dejaba de abrazar con tanto anhelo a sus hijos, ellos eran pequeños, pero comprendían que algo no estaba bien, más cuando Jungkook hacia tantas promesas; hablaba de esas cosas que le gustaría hacer en un futuro con ellos. Recordó a la pequeña Hye pedirle a su papá que la llevara a conocer el mar, el pequeño MinDae deseó montar a caballo juntos los cuatro.

Jungkook prometió hacerlo.

Los tres jugaron durante tantas horas, Jungkook por primera vez en sus vidas les dejó ensuciarse tanto como quisieron los pequeños. Comieron tantas cosas, y a pesar del reproche de Jimin, Jungkook le pidió con una tímida sonrisa, que les dejara por esta vez. 

En la noche, cenaron temprano y después de unos cuentos por su parte, los cuatro se fueron a dormir juntos después de largos meses, puesto que los niños tenían su propio cuarto. Jungkook quería que durmieran todos juntos.

Jimin se sintió cálido y lleno de amor entre los brazos de su pareja y sus hermosos tesoros apegados a ellos mientras dormían.

A las 3:00 a.m, se escabulleron de la cama, dejando a los pequeños dormir plácidamente juntos.

Ellos buscaron privacidad en la vieja cabaña a unos metros de distancia de su hogar.

Hicieron el amor hasta que el canto de los pájaros anunciara el fin.

La hora había llegado.

Ellos debían despedirse...

Jimin había prometido no romper en llanto, quería ser fuerte por su pareja, por su prometido. Una de las cosas de las cuales hablaron el dia exterior fue eso, no lágrimas, no miradas tristes, sólo besos y sonrisas. Jungkook quería recordar a su pequeño amor con esa gran sonrisa que hacia desaparecer sus ojos en dos finas lineas, deseaba poder llevarse consigo la imagen de su sonrojo, no de su tristeza. Quería, cuando no estuviera, poder recordar a Jimin diciéndole aquellas palabras que a ambos hacían a sus corazones latir desenfrenado...

—Te amo...

—Como la primera vez.

Se dijeron mutuamente tantas cosas que hacían llorar a Jimin, pero de la felicidad. Y es que sí, a pesar de tantos años juntos, eran un par de jóvenes amándose como desde la primera mirada.

Jimin seguía sintiendo las mariposas en su vientre, y Jungkook ese escozor y calor en sus mejillas. Su amor era puro e irreemplazable. Como de esos que no se ven hoy día.

Cuando vinieron por Jungkook a tiempo cuando el sol comenzó s asomarse de las montañas, Jimin le acompañó hasta la calle de piedrecillas descalzo. Jungkook no quiso despedirse de sus niños, prefería que siguieran durmiendo como el par de angelitos que eran; él ya lo había hecho la noche anterior cuando les hizo saber cuanto les amaba, ellos, graciosamente, solo se limitaron a llenarle de besos y abrazos como era común.