Una encuentro algo extraño.El ángel encaminó por el largo pasillo de bancos largos de madera ordenados; estaba vacío. Aziraphale no era de los que mantenía su tiempo libre adorando a su jefe durante una hora en completo silencio junto cánticos humanos, no.
Él era diferente —sin agregar que era un ángel —. Quizá no puede parecerle una idea agradable, pero podía tomarlo.Especialmente luego de lo ocurrido.
El fin del mundo fue evitado, pero el temor constante de lo acontecido atormentaba al ángel. ¿Qué tal si el desastre solo fuera una distracción para algo mucho mayor? Nadie podía responder a eso, todo formaba parte del gran plan.
El silencio era bueno en ese lugar, no era para malentenderse; Aziraphale estaría satisfecho con permanecer en la tienda junto a unos cuantos libros, y solo si eran acompañados por una taza con té caliente; Todo era por una picadura llamada curiosidad.
¿Y quién sabe? Si no logró contactar con Dios de la forma angelical tal vez la humana era mucho más eficiente.
Después de todo, eran los preferidas a jugar*Ubicado cerca del santuario, (Aunque no en la primera fila), lo suficiente para sentirse cómodo, Aziraphale se dejó caer en el banco de madera provocando un suave rechinido por su peso. Esos asientos no era incómodos pero tampoco componentes acogedores. ¿Cómo podían miles de humanos tomar un asiento tan apretado en un solo lugar? Era ridículo, Se dijo; porque tomando en cuenta el espacio...bueno, no es algo que le concierne.
Cerrando sus ojos mientras juntaba suavemente sus manos, oró en silencio.
Al menos, eso debía hacer.
Los segundos pasaron despacio; Al no recibir una respuesta clara comenzaba a incomodarse un poco, estar rodeado de esa aura proveniente del santuario era extraño pase a lo acostumbrado en el cielo, eso era mucho más terrenal y estaba fuera de práctica. Los cuadros, y paneles con figuras reflejadas por el sol de mediodía lo miraban desde lo alto. Podía sentirlo.
—¿Hola? — Habló. Su propia voz reproduciéndose en eco debido al lugar vacío.
Aziraphale, cansado, abrió sus ojos mirando arriba como si algo pudiese responder desde ahí. En algún momento liberó sus manos —. Puede que no quiera saber de mí luego de lo qué pasó...en...en estos días —. Sin dejar de mirar arriba, continuó —. Pero me sería de gran ayuda si pudiera darme una sincera respuesta a mis preguntas...¿Por favor?No le pareció una sorpresa cuando nadie contestó. Mucho menos para alguien como él. «Un ángel desertor» pensó.
—No creo que funcione de esa manera.
Mirando a su lado algo sobresaltado, Aziraphale se encuentra con la mirada divertida de un hombre; él por educación, le sonríe apenado.
—Lo sé. Pero debía intentarlo.
El desconocido sonríe brillante, casi parecía que todo su rostro lo hacía. Miró brevemente al altar donde estaba una cruz gigante, dejó que sus ojos se pasearan antes de volver a mirarlo.
—¿Te molestaría algo de compañía? — Hizo un gesto al espacio sobrante a su lado —. Sé que hay muchos más asientos pero me parece que tienes un buen lugar aquí.
A pesar de mirarlo con extrañeza, Aziraphale no se negó a la petición. Cuando aceptó con la cabeza, el hombre volvió a sonreír mientras tomaba lugar. Luego de unos minutos de silencio incómodo, el hombre agregó:
—¿No te parece extraño que solo seamos tú y yo quienes estemos aquí un domingo?
El ángel lo miró confundido, unas arrugas se formaron en su frente —¿A qué te refieres?
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Charla - Luciraphale
Fanfiction"Solo buscaba un lugar de paz, pero resultó por encontrar algo mucho más...peligroso". Fondo de portada no me pertenece, créditos a su respectivo autor.