Mi obesidad, ¿Problema u Oportunidad?

Parte 2

Después de que Pepper rechazo al pequeño Stark, todos en la cafetería comenzaron a reírse a carcajadas de la situación, Tony agarro sus cosas y salió corriendo, lo único que quería era llegar a casa, no quería estar ni un segundo más ahí soportando la humillación que acababa de pasar, esta bien, tal vez Pepper no lo quería, pero tampoco era motivo para que lo tratara de esa forma; este se había convertido en el peor día de su vida.

- ¿Tony? ¿Qué haces aquí? Las clases todavía no terminan- María vio como su hijo ingreso a la mansión Stark de manera desesperada y agitada -Cariño, ¿Estas bien? ¿Qué es lo que pasa? - Tony estaba llorando y se veía demasiado abrumado, prefirió no hablar y solo corrió a su cuarto azotando la puerta al momento de cerrarla. María al verlo así se preocupo y fue en la misma dirección que su hijo, intento ingresar a la habitación, pero la puerta estaba con seguro por lo que fue imposible -Tony, ¿Qué es lo que tienes? ¿Te paso algo en la escuela? Cariño dime por favor, estoy preocupada por ti- María solo alcanzaba a escuchar los sollozos de su pequeño hijo que iban en aumento conforme pasaban los segundos -Mama déjame solo, por favor. No quiero ver a nadie-.

-Tony, déjame pasar, hablemos y encontremos una solución juntos- Tony realmente se sentía mal de dejar ahí sola a su madre, pero no quería ver a nadie, deseaba estar solo y hundirse en su propia miseria.

María no se despegó de la puerta y al cabo de 6 hrs llego Howard, encontrándola sentada en el piso afuera del cuarto del pequeño Stark -María, ¿Por qué estás en el suelo? - Howard se extrañó mucho de la situación, era algo raro de ver por lo que no podía imaginar nada de lo que había sucedido - ¡Howard! Que bueno que llegas, Tony llego mucho antes de la escuela, regreso en un mal estado, estaba agitado y llorando, he querido hablar con él desde que llego, pero no me deja entrar a su habitación, hace media hora que no escucho un solo sonido y tengo miedo- el rostro que tenía María realmente reflejaba terror, estaba enserio preocupada por su pequeño - ¡TONY! ¡Abre la puerta, necesitamos hablar! ¿Qué es lo que está pasando? - Howard toco varias veces la puerta e intento forzar la cerradura de esta para poder entrar, pero nada había funcionado, así que opto por ocupar su ultimo recurso, la fuerza bruta; empujo la puerta con todo su cuerpo y al cabo de unos minutos esta logro abrirse, pero cual fue su sorpresa al no encontrar a su hijo adentro. María y Howard temieron lo peor y se apuraron a ingresar al baño que estaba dentro de la misma habitación, al entrar encontraron una escena nada reconfortante, Tony sostenía una navaja de afeitar en la mano y esta se encontraba en un lugar nada agradable. Howard apurado se acerco a Tony y quito la navaja de su mano, lanzándola lejos, después, abrazo a su pequeño; tenia mil preguntas que hacerle, pero era consciente de que no serviría de nada atacarlo verbalmente siendo que hace unos segundos estaba a nada de cometer un suicidio.

Tony no pudo soportar los sentimientos y solo pudo llorar de manera desgarradora y no paro de hacerlo durante una hora entera. Necesitaba liberar todo lo que estaba guardando, quedando después de un rato profundamente dormido. María y Howard tuvieron que esperar a que Tony despertara para poder preguntarle que es lo que había sucedido para llevarlo a cometer una locura como la que iba a hacer. Después de unas horas Tony despertó y decidió comentarles la humillante situación que había sucedido en la escuela - ¡¿Por qué tengo que ser un gordo?! ¡Esto no habría pasado si tan solo fuera delgado! ¡ODIO MI CUERPO Y ME ODIO A MI MISMO, SOY UN MALDITO CERDO Y NO SIRVO PARA NADA!- María entendió que lo que lastimo a su hijo no fue el rechazo de una chica maleducada, sino que ese rechazo fue provocado por su problema de obesidad -Cariño, no digas eso, tu problema de obesidad es algo que puede cambiar, pero TU debes decidir hacer ese cambio, nosotros no podemos ayudarte si tu no lo deseas, la Pepperoni o como se llame es una mocosa irrespetuosa que solo se fija en el exterior de una persona, ella no merece ni una sola pizca de ti, no creas nada, absolutamente nada de lo que te dijo ella, es una chica sin cerebro- María estaba demasiado furiosa porque nadie tocaba a su bebe y Howard noto la ira que esta irradiaba, así que solo se mantuvo al margen diciendo si a todo lo que ella decía, y también el no era muy bueno con las palabras, por lo que esas cosas se las dejaba a su esposa.

Después de una larga platica con sus padres, Tony decidió que era momento de asistir con un especialista en el control de peso, había tomado la decisión de empezar a cuidar de si mismo y no por gustarle a una chica estúpida como lo era Pepper, o al menos eso había dicho su madre, sino por estar bien consigo mismo, había descubierto que muy dentro de él se encontraba una pequeña depresión que era provocada por su peso, así que este era el momento de cambiar.

María decidió que lo mejor seria suspender por un tiempo la asistencia de Tony al colegio, regresando a los antiguos métodos de enseñanza en casa, ella esperaba que su hijo recuperara su animo y con el tiempo regresara a la escuela, cuando el se sintiera completamente listo.

Howard decidió contratar al nutriólogo que se encargaba del ejército, mantenía negocios ahí por lo que no fue nada difícil localizarlo y hacer que este aceptara. El medico tuvo una larga platica con Tony donde le enseño que es lo que harían y como comenzarían. Lo primero sería cambiar sus hábitos alimenticios, los cuales consistían en demasiados carbohidratos y harinas, así que lo primero en suspender fueron las amadas donas y hamburguesas de queso - ¡¿Qué?! ¡No puede quitarme mis donas! Las hamburguesas como sea, pero no las donas, son mi fuente de energía y me permiten elevar mi IQ aun mas- Tony no podía creer que les quitarían a sus bebes, ok, el aceptaba que le quitaran sus hamburguesas, pero ¡¿Las donas?! ¡¿Enserio?! Eso debía considerarse un completo crimen -Tony, tenemos que quitar esos alimentos ya que es técnicamente lo único que comes y eso no es correcto, recuerda que esto no será una dieta, sino un plan alimenticio que nos ayudara a mejorar tus hábitos, no eliminaremos por completo las donas o las hamburguesas pero si las comes diario pues de ahora en adelante solo serán 2 veces al mes, de esa forma no será tampoco un martirio para ti, ¿de acuerdo?- Tony no estaba muy conforme con esa decisión pero era mucho mejor comerlo 2 veces al mes que no comerlas nunca -Esta bien, sigue sin encantarme pero lo aceptare- El doctor estaba contento con esa respuesta por lo que comenzaron con un plan de 5 tiempos que incluía frutas, verduras, carnes, pescado y un poco de harinas.

Pasaron 5 meses y Tony logro bajar 15 kg siguiendo el plan alimenticio que le había dado el doctor, sin embargo durante el 6to mes bajo de peso pero de una manera mucho mas lenta -Tony, hemos avanzado de una manera excelente en tu control de peso con solo seguir el plan, sin embargo acabamos de llegar a la etapa en donde es necesario unir el plan al ejercicio, esto nos ayudara a quemar grasa de manera más rápida y nos empezara a formar músculos poco a poco- Tony odiaba, bueno no odiaba, DETESTABA hacer ejercicio, nunca fue bueno en esa área y que ahora le digan que no podía seguir bajando de peso si no lo hacia, lo incitaba a querer ir y  comer 3 cajas de donas, sin embargo sabia que eso solo seria un terrible retroceso a su gran avance así que acepto lo dicho por el doctor -De acuerdo, no soy fan de ello, pero si quiero lograr mi objetivo tendré que hacerlo ¿cierto?- El doctor asintió a lo mencionado y le dio la dirección del mejor gimnasio que conocía -Podrías acudir a este gimnasio, el entrenador principal es definitivamente de los mejores, sabrá ponerte una buena rutina de acuerdo a lo que necesites, debes llevar los planes que hemos venido manejando en todo este tiempo para que sea consciente de lo que estamos buscando y sepa llevarlo de la mejor manera- Tony acepto y organizo todo en un folder, salió del consultorio y tomo camino rumbo al gimnasio, si quería hacerlo tenía que tomar medidas en ese momento, o después se arrepentiría o simplemente le daría flojera, no podía dejar escapar ni un segundo.