En la mañana traté de peinarme de otro modo para que Héctor se diera cuenta de que ya tengo 12 años, pero no fue fácil porque tenía el pelo tan enredado que le tuve que pedir ayuda a mi mamá y fijarme cómo lo desenredaba, para hacerlo yo sola otro día...
Resulta que me cepilló empezando por las puntas y subiendo poco a poco por mechones, con paciencia, hasta desenredarlo todo; así no me duele tanto.
—¿Por qué se me hacen nudos con el cabello? —le pregunté.
—Es que no te cepillas lo suficiente; sólo lo haces en las mañanas.
Me dijo que los dedos servían de peine, que con las yemas, no las uñas, me peinara y al mismo tiempo me diera un masaje en la cabeza. De esa manera entra el aire y circula mejor la sangre. Sentí como si estuviera lavándome la cabeza, pero al final pude dejarme el pelo suelto, con un broche de lado. Mi cara luce diferente y el cabello se ve más suave y brillante, no como con la trenza de siempre.
Todo el día me sentí más ligera y contenta, pero por más que busqué a Héctor, no lo vi. No importa, mañana puede ser... ESPERO.
Jueves 11 de abril
Hoy correteamos a Héctor... nunca imaginé que corriera tan rápido.
A la salida de clases les conté a mis amigas lo que mi mamá me había dicho acerca del cabello, y todas empezamos a sobarnos la cabeza.
Cuca tiene una forma de cabeza muy chistosa, como de signo de interrogación y el cabello como estropajo. Estoy segura de que podríamos barrer la escuela con su trenza... En cambio, Griselda lo tiene muy suavecito, como de muñeca. Dice que es porque se lo lava todos los días con jabón de pasta y luego se lo enjuaga muy bien con una fórmula secreta de su mamá.
No me lo quiere decir porque es "secreto de familia". Por más cosquillas que le hicimos para que nos dijera, ni pío... sólo se reía.
Entonces Héctor pasó por ahí, se quedó mirándonos como si estuviéramos locas y empezó a burlarse. Cuando nos dimos cuenta, todas salimos a atraparlo. Nos costó un poco de trabajo porque es muy rápido, pero lo capturamos para tocarle el pelo. Gritaba pidiendo auxilio, pero nadie lo rescató.
Fue muy divertido. Tiene el cabello grueso, lacio y muy negro.Nunca se me hubiera ocurrido que el jabón de pasta también sirve para el pelo. Voy a hacer la prueba.
Viernes 12 de abril
Es nuestro último año juntos en la escuela y queremos despedirnos con una gran fiesta.
Muchos compañeros votaron porque comamos en el rancho de Miguel, que tiene caballos, vacas y un río. Y que invitemos a los chicos de los otros grupos.
Otros quieren que llevemos algo de comer sólo los del salón y nos quedemos ahí, o que vayamos al parque que está cerca.
Yo voté por lo primero: ir sin papás a comer a una casa y llevar música para bailar con los niños de los otros salones. Sería padrísimo porque entonces me pararía junto a Héctor y él me sacaría a bailar y me diría al oído que si quiero ser su novia.
Entonces pintaríamos un corazón que dijera: Héctor y Margarita. No, mejor sólo las iniciales M y H, para que los demás no se den cuenta.Me encantan sus ojos grandes con largas pestañas. A veces me da la impresión de que tiene una lucecita que brilla cuando mira. Todas las niñas de sexto año queremos ser su novia. Pero yo voy a serlo.
Sábado 13 de abril
Hoy me peleé con Eduardo. Siempre anda haciéndose el gracioso. Mamá dice que así son los hermanos pero ¡a él qué le importa si tengo granitos en la cara! Es mi cara, no la de él.
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Los secretos de Margarita.
Novela Juvenil¿Escribir todo? ¿Hasta esos sueños, secretos y fantasías que se me quieren salir constantemente de la cabeza? ¿Todo lo que inventemos y hagamos mis amigas y yo? ¿Qué Hector es el niño que me gusta? Voy a escribir mis secretos de hoy en adelante. Es...