Prólogo.

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Término de recoger el desastre y limpiar lo que el pequeño Ben de tres años había hecho cuando cocinábamos una torta, cuando escucho la puerta principal abrirse.

-¡Hemos llegado!-Anuncia una voz cantarina. La madre del niño que estaba cuidando.

Suspiro, era hora. -Disculpa por llegar tarde Carrie, es que no pude salir antes de la peluquería y me encontré en un atasco.- Dice ella mientras busca algo en su cartera, a su lado está su hija que esta pasando por la etapa de chica Punk y rebelde mientras mastica chicle como una cabra.

-No se preocupe.-Miro el reloj y se me salen los ojos de la órbita, voy tarde.

-Acá está tu paga de la semana.- Me entrega 105 euros que rápidamente los guardo en la cartera y me despido.

Salgo de la mansión donde trabajo de niñera corriendo, iba tarde para ir a cuidar a mi sobrina. Sólo esperaba que mi dramática hermana no hiciera un escándalo por esto.

Estaba pasando por la plaza Puerta del Sol, me descuide mirando mi reloj cuando siento que alguien choca conmigo, justamente lo que me faltaba.

Al mirar abajo veo a una pequeña morena de muchos rizos, no mayor de 6 años con cara arrepentida, y un vaso de plástico vacío.

Al mirar mi ropa veo que esta manchada de rojo.

-Lo siento, no quería manchar su ropa con mi jugo de tomate.-Balbucea la niña y veo que sus ojos se hacen agua.

Siempre he tenido debilidad por los niños por lo que la calmo antes que empiece a llorar.

-Descuida, de todos modos no me gustaba esta camisa.- Me encojo de hombros y le revuelvo los rizos cuando voy a empezar a caminar, una melodía que llega a mis oídos hace que pare.

Recorro con la mirada la plaza en busca de ese sonido, cuando a unos metros no muy lejos de mí divisó a un chico, tocando la guitarra, no logró verle el rostro, pero, no me importa, lo único que me importa en ese momento es escuchar lo que toca.

Siempre me ha encantado la música, y tenía de pequeña una debilidad por las guitarras, ya que mi papá la tocaba, yo nunca pude aprender, pero, aún así me encantaba.

-A que toca genial.- Dice la pequeña sonriendo.

Asiento y ella añade: -Todos los días toca aquí a la misma hora.

La miro curiosa, yo todos los días paso por aquí y nunca lo había escuchado, supongo que al ir siempre apurada y ajetreada me había impedido darme cuenta de lo que pasaba a mi alrededor.

Cierro los ojos y disfruto de la melodía, gloriosa melodía.

Escribí este pequeño prólogo para que sepan de que va la historia, es un nuevo proyecto que tengo en mente y sería genial si me dieran sus opiniones acerca de el, besos.

Por cierto, les dejo la foto de quién será Carrie, la protagonista, para las que no sepan quién es se llama Anna Kendrick.

Gloriosa melodía.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora