Allegory Of Fever

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En los días nevados, un espectáculo de coloridos vitrales embelesa a la gente, a una masa homogénea de individuos permanentemente conquistados con un magnetismo desesperado, típico de los primeros días del invierno y que no sólo źabarca la concurrida calle Garousgil en toda su extensión, sino a toda la ciudad, y cada milímetro de pavimento está debida y odiosamente ocupado.

Se puede observar un tumulto de gente en particulares acciones. Desde un extraño en un automóvil, iracundo y limpiando cada uno de los rincones manchados con vomito de su hijo mientras espera a que la luz cambie, hasta berrinches de niños pequeños y vestidos ser manchados por una cuantiosa cantidad de café.

Pero a las ocho de la mañana innegablemente la gente se conoce tal cuál como es.

― ¿Estás bien? - pregunta Jongin con el sonido del agua corriendo tras de él ― ¿te gustaría hablar?

― No. No creo que sea buena idea. Lo siento, pero sucede que... - se escucha claramente como Kyungsoo suspira a pesar de que la bañera preparándose detrás de Jongin es lo suficientemente estrepitosa.

― Estás esperando a Joonmyun, lo sé ― completa Jongin con una media sonrisa en la cara, mientras que con el brazo libre se quita su ropa manchada y la arroja a la basura.

― Jongin. Yo... bueno... creo que... ― su voz se oye más que nerviosa y Jongin siente un hormigueo bajo el estómago. Las llamas son lo suficientemente altas y embriagantes como para que los ojos negros y profundos de Jongin se dilaten y saboreen la dulce voz que proviene de aquel aparato - me refiero a que, tú y yo. Lo siento ¿estamos bien?

― Lo estaremos - responde suavemente y deja que el espeso olor a humo le inunde los pulmones.

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Un automóvil descaradamente lujoso aparca luego de ser llevado a su limpieza matutina. El vehiculo atrapa las miradas de los transeúntes y conductores y la gente tiende a disimular demasiado bien la envidia hacia alguien como él.

Pero envidia está por sobre lo que realmente deberían sentir.

El ocupante del auto se arregla con mesura la camisa y extiende un paño para limpiar hasta la más mínima pelusa en el automóvil. Luego, se limpia las manos meticulosamente. Inhala pesadamente y percibe el picante aroma a alcohol. Entonces exhala y  camina con mirada confusa y desorbitada hasta la entrada de un colosal edificio.

Pilas y pilas de planos se asoman por encima de su cabeza cuando entra a su oficina; mansiones, centros de esquí, parques, complejos turísticos y decenas de intentos de trabajo. Se asusta un momento debido a que el desorden le vuelve de mal humor, pero el día de ayer había sido especialmente ajetreado y sabia que esa era la escena que lo esperaría en la mañana.

Presiona sus sienes y tras quitarse la chaqueta se acerca a  un escaparate con desinfectante, pañuelos, esponja y alcohol; todo lo necesario para lidiar con el diario vivir piensa él, pero es un ejército antibacterial ligado a un ser neurótico más que nada.

― Buenos días Jongin - escucha una grave voz acercarse a él y restriega el pañuelo con desinfectante aún más fuerte sobre la mesa, como si nadie hubiese entrado.

Como es de costumbre Chanyeol, un devoto y alegre relacionador público y amigo entra a su oficina sin tocar. No hay nada malo en eso, piensa Jongin, pero en el momento en el que toca su hombro y se pega a él las cosas cambian. Jongin detesta el contacto físico, le repugna, y aunque Chanyeol sea su amigo no le hace menos desagradable su presencia junto a él. Respira profundo e intenta relajarse porque aunque Jongin no quiera, Chanyeol siempre lo hace y primeramente es la presencia humana la que detesta no por completo la de sus amigos.

ALLEGORY OF FEVER (Kaisoo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora