Prólogo

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Narra Alexandra:

- ¡Ahhh! Ya me canse de escribir.- dijo Miranda suspirando y aventando la pluma sobre la mesa.- Te toca escribir Alexandra.- dijo para luego pararse de su asiento y dirigirse al sillón de mi sala.

- 3 cosas.- deje las tijeras de lado para voltear a verla.- Una: mi letra es muy fea comparada con la tuya, así que se verá muy feo ese contraste.- dije riendo, ocasionando que Miranda y Pamela se me unieran.- Dos: mi trabajo es cortar todas las imágenes.- señale con mi dedo índice todas la impresiones delante de mí.- Créeme que ya no siento mis dedos.- dije haciendo una mueca de dolor.- Y tres: ¿cuántas veces les he dicho que me digan Alex? Siento que cuando alguien me dice "Alexandra" es porque me están regañando o están enojados conmigo.- dije haciendo comillas en mi nombre.

- ¿De qué te quejas, Mirinda*? Ya vas a terminar.- interrumpió Pamela viendo las hojas donde anteriormente Miranda escribía nuestro ensayo.- Yo todavía tengo que terminar de hacer el dibujo de la República Mexicana y no me ando quejando.- dijo aventándole un lápiz a la cara, el cual Miranda esquivó.

- ¿Sabes qué aveces puedes ser insoportable, queso*?- dijo parándose del sillón y dirigiéndose de nuevo a la mesa.

- Okay... Relajen sus chacras*.- interrumpí su discusión antes de que se agarraran a golpes.- Estamos cansadas, fastidiadas y con hambre, así que, ¿qué les parece si comemos algo, salimos a despejarnos y ya luego regresamos a terminar?- dije con una sonrisa.

- Esta bien.- dijeron ambas.

- ¡Mamá! Vamos a ir por una pizza. Ahorita venimos.- grite.- Me llevo el coche.- dije agarrando las llaves para luego salir de mi casa seguida por Pamela y Miranda. "Con cuidado" fue lo último que escuche antes de cerrar la puerta de mi departamento.

...

- Llegamos. Miranda mientras tú ordenas la pizza, Pamela y yo vamos a comprar algo para beber.- dije cerrando la puerta del coche.

- Esta bien. Denme el dinerico.- dijo haciendo acento puertorriqueño.

Pamela y yo le dimos cada una la parte que nos tocaba pagar.
Mientras que Miranda estaba en la pizzería ordenando, Pamela y yo estamos en un mini súper que está a lado.

- Compramos un refresco, ¿no?- preguntó la pelirroja.

- Si, ¿por qué no? También hay que comprar unas gomitas.- dije agarrando 6 paquetes de gomitas, cuando estaba agarrando el último paquete me di cuenta que Pamela me miraba extraño.- ¿Qué? Son dos paquetes para cada una.- dije riendo.

Pagamos todo y salimos del mini súper encontrándonos con Miranda cargando la pizza.
Subimos al auto y maneje en dirección a mi fraccionamiento.

Llegamos, saludamos al portero Don Arturo cuando nos abrió el portón, entramos, nos estacionamos y nos bajamos del coche con las cosas.

- Ya llegamos, ma.- grite al entrar a mi departamento. Deje las bolsas del mini súper en la mesa, seguida de Miranda que dejó la pizza.

- Esta bien.- gritó desde el cuarto.

- Se nota que te ama.- dijo Pamela riendo.

- Y mucho.- reí.- ¿Qué les parece si comemos en el jardín? Para no mover nada de la mesa y no manchar el trabajo.

- Jalo. -dijo Miranda.

Cambiando la historia... (Carlos De Vil)🐾❤️ |PAUSADA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora