CAPÍTULO 4.

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CAPITULO 4.

–¿April? –me dice él chico… No puedo creerlo ¿él? ¿Aquí? –.

–¿T-tú? –Mi corazón se para y quiero desaparecer. Los recuerdos vuelven y me golpean quiero correr pero no puedo–.

–Que hermosa estás. –Me dice algo nervioso–.

–Reí amargamente–. Lástima que no puedo decir lo mismo de ti James –Un silencio incomodo es lo que sigue a continuación–.

–Te he buscado desde hace un año… y nada.

–Bien… –Sólo eso puedo decirle–. Ha sido grato verte, pero debo irme.

–¿Podríamos vernos? Hay cosas que no quedaron claras… Yo era un idiota en ese momento, no quería perderte. Mucho menos lastimarte, sigo enamorado de ti April… y –Lo cortó–.

–Yo ya no te amo James, lo siento. Espero que tú y Clara hayan sido muy felices, y sí aún están juntos les deseo lo mejor–Digo serena–Yo no me merecía eso.

–Yo no quise, de verdad April.

–No es el lugar, ni el momento. Ya paso James, tú y yo no nos debemos ver más –Él asiente–.

–Pero sabes que… Con respecto a Clara, la quise mucho, pero no la ame. Eres la única que amo y sé que tú a mí aún me amas –Estaba molesta y con ganas de insultarle. Pero no, no era la misma April de quince años con la que el jugo, ya no–.

–James no me busques más, ¡por favor! –pedí–. Te quise mucho, pero… Ya no más. Ahora sólo siento pena por ti. No me busques más –repetí–.

–No cometas mí mismo error… Después de pasar una noche con ella, me di cuenta de lo idiota que fui. Pero fui más idiota aún al irme y dejarte, sin explicación alguna.

Entonces recordé que Nathaniel estaba a nuestro lado, miraba algo decepcionado la escena.

–Debo irme, lo siento –digo–. Mm, Nathaniel te veo luego. –Él asiente–.

Salgo de allí y me dirijo al campus, no sé cómo llegué aquí, pero está sólo. Y ya que el profesor de mi primera hora ha faltado, me tumbo allí a pensar en lo sucedido, estoy cabreada.

–Hey Ap, ¿necesitas un abrazo? –Levanto la mirada hacía el chico y sólo sonrió enternecida y asiento. Por más que lo deteste necesito alguien que me consuele–. Shh, sh. Tranquila –me aferró más a su tierno abrazo–.

–Lamento que me veas así, no quería que escucharás eso Nathaniel –murmuro–.

–¿Sigues enamorada de él? –Pregunta Nathaniel–.

–No lo sé. Él era mi amor platónico, era inalcanzable. La chica más hermosa del mundo coqueteaba con él y fue allí cuando pensé que él jamás se fijaría en mí. Pero no fue así, él me habló, me coqueteaba y demás… Un día me pidió ser su novia y así empezamos un noviazgo de cinco meses. Allí me enamoré de él, era tan feliz. Hasta que Clara, la chica guapa, volvió de su viaje de intercambio. Llegó renovada, más perfecta que nunca. Y él era el mismo, exceptuando cuando ella estaba cerca. Tuve tanto miedo de perderlo, una noche, la noche en la que se celebraban mis quince años, yo los encontré besándose. Pero él me enredó con sus cuentos y me hizo vivir la noche más feliz de mi vida, bailaba conmigo y me abrazaba. Toda una mentira… Posteriormente en los dulces dieciséis de esa chica me dijo que fuésemos, y yo accedí de tonta. Él me dijo que iría al baño y pasaban los minutos y no volvía. Decidí ir a buscarle y lo encontré con ella. Se habían acostado, en mis narices, él no me amaba. Él utilizo a una estúpida ilusa como yo, para distraerse durante la ausencia de esa chica.

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⏰ Última actualización: Oct 26, 2014 ⏰

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