Un pequeño Donghyuck de apenas 8 años, se aferraba a los brazos de su mamá mientras lloraba en su hombro.
Sus padres estaban entrando en pánico, no sabían por qué su pequeño bebé se sentía tan triste, él era un niño muy alegre no era de aquellos que hacía berrinches y menos de la nada.
Sin embargo, Donghyuck lloraba porque sabía que sus padres lo abandonarían. Había escuchado a su mamá hablar con la señora Moon, había escuchado cómo su mamá decía que lo dejarían en una enorme casona y quien sabe cuando volverían.
Estuvo llorando toda la noche, le dolían mucho sus ojitos, pero no podía parar. Pensaba en por qué sus padres iban a dejarlo solo en una casa desconocida, que si acaso ya no lo querían o que quizás no era un buen niño e iban a regalarlo. Y demás escenarios que no hacían más que asustarlo más y más.
Su mamá tuvo que viajar en la parte de atrás con él, lo sentó en su regazo y le dio besitos. Eso le había tranquilizado, pero apenas entraron en los terrenos de lo que sería su nuevo hogar, volvió a sentirse triste y angustiado.
Habían numerosos autos todoterreno estacionados en un realmente enorme jardín. A los alrededores habían un montón de cabañas que eran una extraña fusión entre cabañas acogedoras y tanques de guerra. Había una enorme fuente en medio de todo y al final, enorme e imponente, una mansión.
La mansión era hermosa, algo más clásica que su propia casa, pero tampoco se detuvo a analizarla demasiado puesto que estaba ocupado aferrándose a su mamá.
— Bebé, mira quién está aquí — Escuchó la suave voz de su mamá al oído. Donghyuck salió desconfiado de su escondite y se talló sus ojitos para poder ver a un joven adolescente que conocía muy bien.
— Taeil hyung — Exclamó Donghyuck olvidando su pena por unos segundos y bajando de los brazos de su mamá para poder correr hasta su hermano mayor.
Taeil tenía unas ojeras pronunciadas y el rostro algo demacrado. Estaba en la entrada de la gran mansión tratando de recibir a todos los pequeños que estaban dejando a su cuidado. A su lado estaba su novio Johnny, el que sería el nuevo líder de la pequeña manada que estaba formándose en ese lugar, Taeyong, y un grupo de adolescentes que serían los nuevos líderes de las otras casas a los alrededores.
Ambos, tanto Taeyong como Taeil, estaban cansados. Habían sido días muy locos para ellos, apenas tenían 17 y 18 años respectivamente y ahora tenían una misión que les hizo madurar casi de golpe al tener que asumir una responsabilidad tan grande como la de recibir, cuidar y criar a un grupo de cachorros.
Y sin embargo, aunque fuera por un momento, Taeil olvidó todas sus preocupaciones apenas escuchó el llamado de su pequeño hermanito, corriendo en su encuentro, sintiendo su corazón derretirse cuando sus brazos envolvieron al menor. Se sentía tan feliz y aliviado de que Donghyuck y su familia hubieran podido llegar a salvo a la fortaleza. Las cosas estaban como locas y muy peligrosas en la ciudad y temía lo peor, ni siquiera sabía si todos lograrían llegar...Aunque no era momento de pensar o angustiarse por ello.
— Taeil hyung — Lloriqueó Donghyuck en el hombro del mayor cuando este lo cargó en brazos. —
— Tranquilo, Hyuck. — Consoló el mayor. — ¿Dónde están tus padres? — Preguntó, a lo que el niño apuntó con su dedito a los dos hombres que venían caminando en su dirección. Taeil se enderezó.
— Hola, Taeil. — Saludó el mamá de Donghyuck. El padre del menor sólo mantenía un brazo alrededor de la cintura de su esposo de forma protectora.
— Señores, Lee — Dijo Taeil haciendo una mini reverencia.
— ¿Tu madre ya...? — Preguntó el mamá de Hyuck.

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Romansa🌺 Nct O.S 🌺 Innocence saga 🌺 Fluff 🌺 Omegaverse 🌺 Contenido homosexual, si no te gusta no leas 🌺 Prohibidas copias y adaptaciones