Devil is a woman.- Jenlisa.

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El dolor se hizo presente en la chica, puesto que ni siquiera estaba bien lubricada.

- Demonios, diablita. No sabes tener sexo. Eres un asco para ésto.– Sabía que estaba provocando una catástrofe, pero aquello la divertía.

- Solo quiero que llores.– Sonrió Jennie macabramente, mientras aumentaba el vaivén de sus caderas.

Su miembro se hacía cada vez más grande dentro de Lisa, quien era consciente de que eso seguiría creciendo hasta rajarla por dentro. Se asustó, por supuesto, pero no se dejaría ganar, y a pesar de que el dolor comenzaba a notarse, ella fingía que le provocaba cada vez más placer.

- Humana tonta, conozco el cuerpo humano como la palma de mi mano. Sé que duele...– Sonrió, cada vez moviéndose más, hasta que notó sangre en su contraria.

Ni siquiera supo por qué se detuvo.