A veces mientras platicamos, sé que esperas que reaccione de otra manera, como lo haría ella, pero yo no puedo actuar como tu quisieras, como estas acostumbrado. Yo no puedo tomar actitudes que no me pertenecen, que no forman parte de mi, sin embargo, extrañas esa manera de responder, esa sonrisa o esas bromas sin sentido que ella te decía. Sé que te costó mucho soltarla, que no podías creer en su ruptura, y que quizá aún no puedas superarlo.
Nuestra historia es un tanto compleja, pues llevamos años de conocernos, conviviendo, jugando, apoyándonos en momentos difíciles; tiempo suficiente para generar cariño, compresión, compasión y amor. Justo cuando creía que éramos el uno para el otro la elegiste a ella, y sin previo aviso tuve que pasar por la vergüenza de su reclamo. Sólo pude mantenerme firme, excusarme e irme, pues no tenía armas para defenderme, pues yo no era nada, el lugar que yo quería lo ocupaba ella.
Y duele, el saber que el hombre que amas eligió a alguien que no eres tú, duele no poder defenderse porque no hay suficientes argumentos para hacerlo, y porque si él la eligió, le dio todo el poder y los derechos sobre él y sobre la opinión que tengas, pues ninguna vale más que la de su novia.
Estaba destruida, con él corazón hecho pedazos y con ganas de llorar, las cuales no pude aguantar por mucho tiempo, lloré, deje ir todo lo que sentía en ese momento y me armé de valor para decirte que no quería saber más de ti. Grave error, no me dejaste ir, me dijiste lo mucho que me querías a mi y estar conmigo, al final me convenciste de no irme, y espere pacientemente toda su relación, como una estúpida. Ustedes se querían más y yo solo esperaba por algo que nunca se iba a dar; un día me dijiste que tu madre te regañó, pues le contaste sobre mi y te ha dicho que soy el tipo de persona que debes cuidar, al parecer no lo entendiste.
Al finalizar su relación solo pudiste decirme que no me darías lo que yo merecía y quería, pues ya estabas muy usado en todo sentido y yo merecía a alguien mejor, que me quisiera y me brindara lo que tu no podías, solo pude responder que no esperaba nada de ti y que ya no quería nada contigo. No era mentira, ya no esperaba absolutamente nada de ti, no después de todo lo que tuve que aguantar y que tu ni si quiera notaste.
Pero seguimos platicando, me enamoré de nuevo (O quizá nunca deje de hacerlo) y de nuevo hubo una promesa de retomar lo perdido, creí que no habría mas obstáculos, olvide que ella seguia en tu memoria, que la extrañabas.
Sé que sigo esperando ser algo tuyo porque aun no cierras ese ciclo, sé que aunque no me dejas ir y prometes estar para mi y ser sólo mío todo es una mentira, se que aunque me procures y te preocupes por mi no lo haces con el mismo amor que lo haría yo por ti, sé que aún la extrañas y que mantienes la esperanza de que vuelva.
