Los ojos de René se abren de golpe. La oscuridad absoluta invade su visión, él lucha por enfocar cualquier objeto a su alrededor pero le es imposible. Inhala sonoramente intentando tranquilizar su respiración. Rueda por la cama cuando choca con el cuerpo de su esposa y abraza su cintura serenándose casi de inmediato. Danna, la mujer que amaba con devoción y que se preocupaba tanto por él. Apretó su agarre en esa piel tan receptiva de su esposa, se deleitó con la carne suave entre sus dedos.
Danna, le había pedido ese viaje a Hawái luego de publicar su último libro. Porque quizá René nunca lo reconocería, pero La Sombra del Pasado le había tomado mucho trabajo, paciencia y parte de cordura. Estaba estresado. Y no es para menos, era una obra obscura; completamente distinto al género que acostumbraba escribir. Dentro de sus metas estaba publicar una obra de terror y lo había cumplido a sus 38 años.
Desliza su nariz suavemente sobre el lacio cabello de la mujer, absorbe el aroma con gusto. El silencio antes calmante, se vuelve insostenible al recordar la pesadilla que lo atormenta todas las noches desde hace meses. Siempre la misma. Se estremece al sentir el frío calar sus ropas, imposible de explicar que sienta lo mismo que en su sueño. Pero allí está. Es real. Tuerce los dedos de las manos al sentirlos fríos mientras se resiste a seguir recordando, pero no puede contra su mente. Poco a poco las imágenes vuelven a asfixiarlo.
De repente ya no se encuentra de vacaciones, acostado en su cama y abrazando a su esposa. Una niña lo mira. Trata de hacer un último esfuerzo por salir de ese escenario pero una ola de frío le penetra hasta sus huesos. Los copos de nieve caen a su alrededor al paso de una melodía insonora, el parabrisas se mueve a ritmo de sus latidos, un viento frío azota su cabello. Nada tiene sentido.
La carretera esta aparentemente vacía a excepción de... ellos. Dirige rápidamente la mirada hacia el espejo y allí está la niña, aquella que a pesar del tiempo no se le hace familiar. La sonrisa angelical de su rostro haciendo contraste con sus ojos grises y fríos. Muertos. Agita las pestañas moviendo la mirada hacia su esposa, Danna conduce el automóvil con una sonrisa pura, su bello rostro transmitiendo calidez.
Silencio. Es absurdo como puede sentirse tan en paz con aquel silencio, cuando su mente está tan afectada por vivir todo una y otra vez. ¡Incluso el sobresalto es idéntico! Una exclamación se queda atorado en su garganta mientras escucha el desgarrador grito de su esposa. El mutismo está roto.
Ve atentamente como Danna baja del coche y se dirige hacia el cuerpo inerte de la víctima, todo esto mientras la nieve se congrega poco a poco encima de ella. El color escarlata brillante bañando el blanco más puro. Las luces del auto parpadean hasta apagarse. El frío y el silencio dominándolo todo. René sabe lo que va a suceder, se prepara para lo que viene mientras las luces se encienden nuevamente. No había ningún cadáver frente suyo, pero tampoco estaba Danna.
Un nuevo grito de lamento le hace presionar fuertemente los párpados, es hora. Abre los ojos al sentir aquella respiración cerca de su rostro, puede verlo, clara y lamentablemente puede verlo. Está seguro que la niña que los acompañaba es a la que atropellaron, lo sabe porque la tiene en su delante bañada en sangre. Su cabeza deformada con partes de sus sesos cayendo por su rostro, su piel extremadamente pálida, sus labios rotos y morados, el brazo salido en una posición anormal con parte de su hueso a la vista. Abre los labios mostrando sus escasos pero filosos dientes y René huye. Sale del coche partiendo hacia cualquier destino, él corre y corre.
Hasta que un chillido lo detiene y esto es sin dudar para él, la peor parte. Un nuevo cuerpo con las mismas lesiones que la niña se aproxima en su dirección, pero no es alguien extraño. Danna le hace una mueca con su destrozada boca mientras se arrastra hacia él. No puede caminar, le es imposible reaccionar mientras lágrimas caen por sus mejillas, gotas de agua que tocan la nieve en forma de cristal. El cuerpo monstruoso se desliza rápidamente acercándose, sus dientes chasqueando de manera grotesca. Detiene unos segundos la mirada, sorprendido. La mujer que había sido su esposa derramaba sangre por la boca, trozos de carne se enredaban entre sus dientes. René no puede moverse, su mente no se lo permite. El chillido de su esposa lo vuelve a estremecer, así para siempre.
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Pesadillas Reales ✅| Paranormal | |#THA2020|
HorrorEl subconsciente suele jugar con nuestra mente. La realidad y el sueño son cosas muy diferentes... Pero, ¿qué pasa si no es así?, ¿Si ambos están más relacionados de lo que creemos? René es un escritor, vive atormentado por la misma pesadilla desde...