Capitulo 2

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La Familia Montes

Tallar tallar, frotar  y mojar, tallar tallar, frotar y mojar. Llevaba una eternidad siguiendo este patrón, tanto tiempo que llegue a un punto en el que compuse un pequeño -y muy pegajoso-rap.
Sabes, cosas que pasan  cuando me encierras en un cuarto terriblemente sucio sin ninguna corriente de aire "limpio" por mas de dos infernales horas. Tomo el jabón rociador y lo aproximo al desagradable retrete. Rocio jabón.

No sale nada.

Lo vuelvo  a intentar y nueva mente no sale nada.
Aprieto con más fuerza, pero solo logro romper el plástico de la botella.
¡Genial! Era lo ultimo que me faltaba. Mi día estaba siendo un asco desde que baje a desayunar y me encontré al no sé qué de mi hermana sentado en mi silla comiendo mi yogurt griego. Miro la hora de mi  reloj de mano, 5:46 pm ,me levanto maldiciendo.

—Que desastre — el baño está echo un asco,. No tanto como hace  media hora pero la definición de tóxico aún le queda.
Miro mi reflejo en el espejo roto y confirmo que me veo terrible y si amigos míos Majo Lima puede verse aún más terrible de lo habitual. 
Salgo del baño oliendo a una mezcla de detergente y pastillas para baño.

Cuando llego a la bodega tomo de el primer estante un jabón rociador nuevo y una escoba, hurgo detrás de uno de los paquetes  de papel higiénico y saco una envoltura de galletas oreo vacías. Es el tercer paquete en la semana.

Salgo y me dirijo al pasillo que da a la cafetería, con forme  me acerco el típico sonido de la máquina de expreso se hace más perceptible y pronto junto con ella la voz de Pablo y Annie discutiendo sobre algún mal entendido en el pedido de algún cliente. Siento una vibración en mi bolsillo derecho de mi Jean y veo una notificación que cubre el rostro perfecto de Zac Efron.

EDITH/ Hermana molesta: Voy a salir hoy en la noche con Marco, por favor ayuda a Dani con su tarea. Besos.

Contesto el mensaje y bloqueo de nuevo mi celular, de pronto el ruido de Pablo y Annie discutiendo se extingue. Me detengo a la mitad del pasillo planeando como decirle a Pablo por enésima vez que deje de comer tanta azúcar y cuando encuentro una manera sensata de decirle que le dará diabetes continuo mi camino, salgo detrás de la barra de pedidos y ahí es cuando veo que ocurre.

El señor Dominic Montes, como el dueño de la cadena de Cafeterías "El Gato Negro " tiene como deber lucir siempre impecable, y no hace mal su trabajo.
Para un hombre de más de cincuenta años luce bastante bien, viste un elegante- y asumo-  muy caro traje color gris obscuro y una corbata color verde esmeralda, además de un cabello blanquecino perfectamente engominado. Detrás de él su hija Tamara, una  de las personas más egoístas y falsas que existen en la tierra, se está alisando una falda que le llega más arriba de las rodillas.
Cuando salgo detrás de la barra ella me dirige una mirada de casi asco, me doy un vistazo rápido y...

—Si, en definitiva cada vez luces peor pulgarcita.

Ah si, había omitido el pequeño detalle sobre su terrible selección de apodos.

—Gracias, me halagas — hago una reverencia un tanto exagerada y después de eso le ofrezco una de mis típicas sonrisas de " te sonrío por que no te puedo soltar una palabrota " y camino directo a donde esta Pablo y los demás empleados.

Cuando llego están discutiendo sobre cosas de trabajo que no entiendo, así que me limito a preguntar.

—¿Que hace el Señor Dominic en la cafetería? , ¿No estaba de viaje con sus hijos ? — Tomo un par de cacahuates que Annie seguro agarro de la confitería y juego con ellos esperando la respuesta.
No tarda mucho en que mis compañeros me callen y den codazos.

—¿Qué ? , solo era una pregunta yo...— No termino la frase más sin en cambio recibo la respuesta a mi pregunta.

—El señor Montes decidió suspender sus planes en cuanto se enteró que las demás cafeterías de la cuidad cerraron, —Amelie carraspea — y por lo tanto acudió directamente aquí cuando las ventas se dispararon en cuestión de días. — hace un gesto con las manos y voltea a verme — lo cual es un honor tenerlo en nuestro lugar de trabajo junto con sus hijos.— Suelta una risita un tanto psicopata para mi gusto.

Así que me como mis palabras y junto con ellas los cacahuates que le robe a Annie. Sonrío cuando me percato que el señor Domic me está observando, claramente juzgando mi conducta y después de tragar el par de cacahuates agrego:

—Un gusto tenerlos aquí Señor Montes, a usted y a su...hija. Me encantaría quedarme, pero tengo un trabajo pendiente, si me disculpa iré a terminarlo.— sonrío de nuevo y salgo de ahí cuando lo veo asentir con elegancia.

Te estarás preguntando; "Majo, ¿por qué la gente es tan ruda con una criatura tan linda y llena de luz como tu?" Y yo con todo justo les responderé: digamos que soy muy inoportuna, esta bien lo dije. Cosa que me causa muchos problemas con la gente por qué también soy muy mala escuchando, por lo que  hay veces en las que mi capacidad auditiva casi nula me hace decir comentarios inoportunos y que en mas de una ocasión han metido a Amelie en algún lío. Que les dire, gajes del oficio.

Tomo la escoba que deje en el pasillo y camino por el mismo contando mis pasos.

—Once, doce, trece, catorceeeee...¿¡Que demonios te pasa !?— sobo mi cabeza y trato de incorporarme.

El chico frente a mi imita mis mismos movimientos y cuando voltea a verme lo reconozco:

<<¡Oh no! ¡Tu no ! >>

Me incorporo. Sus ojos  miel me miran con una  furia contenida, me examina de pies a cabeza y se incorpora igualmente.

—¿Que haces aquí?, los clientes no pueden pasar a la trastienda—  aseguro.No puedo evitar hacer énfasis en la palabra "no" y después en la palabra "idiota" cuando simplemente me ignora y se va.

Recojo la escoba y el rociador del suelo y me quedo analizando la situación unos segundos y volteo cuando la siempre dulce voz de Annie se escucha desde el pasillo. Camino en dirección a el baño del personal en donde me espera una solitaria y  olorosa tarde, pero la voz de Annie se comienza a hacer más fuerte hasta el punto en el que la oigo tras de mi. Ella viene corriendo en mi dirección, cuando me alcanza pone su mano en mi hombro izquierdo y me dice tomando aire.

—Di-Dice Amelie— tose — Que te buscan.
—¿Khe?
—Que te buscan— me confirma. Annie odia que le hagas repetir las cosas— y que dejes de hacer lo que sea que te encargo y te apures.
—¿Te puedo dejar esto?— le entrego la escoba y el detergente y la dejo estabilizado su presión cardiaca. En la cafetería somos muy sedentarios.

Llego a un lado de Amelie y frente a mi Tamara observa desinteresadamente algo mientras recarga su cabeza en el hombro de el mismo maleducado de antes. Esperara un momento.
La gerente  alza la voz una vez que Annie se incorpora al grupo y formulando una de las sonrisas más falsas que un ser humano podría invocar y con una aura que gritaba la terrorífica pregunta de " ¿Que voy a hacer ahora?", comienza con su discurso improvisado al tiempo en el que a mi se me sube la presión.

—Me complace anunciar que tendremos un nuevo miembro en nuestro equipo de trabajo. — <<Me coqueteó hace dos días>> — Que comenzará a trabajar con nosotros a inicios de el próximo mes— <<al que saque de la trastienda a gritos y llame idiota>>- .Trabajará como ayudante  general, —<<Está parado frente a mi, al lado derecho de su padre >>—el señorito Ezra Montes, hijo del Señor Dominic Montes.— pregunta sería: ¿Es normal ver manchas de colores? —Esperemos sea agradable y productiva su estadía.

Todos los trabajadores comienzan a aplaudir y a ofrecerle apretones de manos y abrazos de bienvenida.
Mierda.
Estaba desecha.

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⏰ Última actualización: Sep 06, 2019 ⏰

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