Capítulo Doce.

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  Su respiración era entrecortada, una joven heredera corría por las calles de Londres, la gente volteaba a verla, pero realmente no le importaba. Gruño leve y tiro los tacos, su rostro demostraba dolor y frustración, corrio los desordenados rulos que estaban en su cara. Siguió corriendo hasta llegar aquél palacio de aspecto moderno, entró a zancadas.

   Cerró la puerta con enojo, el sonar de la madera dar un portazo resono en la gran casa. Se apoyo en esta y se agacho, de sus ojos salían lagrimas a mares, apretó su cabello de la impotencia. Suspiró, se levantó y camino en calma, la casa se mantenía en silencio. Parecia que de la nada había recuperado la compostura.
   ¡Crash! Bueno, quizá no. Su respiración temblorosa volvió, y su mirada sería se posaba en aquél jarrón que había roto, apretó los puños y aquél sonido de cosas rompiéndose se hizo más potente y incesante. Luego de casi quince minutos así el ruido paro, para volver a ser sustituido por un llanto lleno de agonía y desesperación.

   Desde la sala el teléfono fijo sonó, lo pensó un poco, estaba mareada. Con la mano temblorosa se acercó al teléfono y lo atendió.

-RU la puta madre, ¿porque te fuiste tan rápido? Nisiquiera me dijiste algo nena.- El acento argentino se escuchó del otro lado de la linea.

-Uhm, lo siento..- Sonrío devastada.- Felicidades.- colgó, realmente poco le importaba ahora.

   Al fin y al cabo, esa beba que yacia en el vientre de la menor ya no era suyo, ahora era la bebé de Argentina y UK.

   Suspiro, y reventó el teléfono contra el suelo.

-¡Maldita perra!-

Mamá Soltera // UkArgDonde viven las historias. Descúbrelo ahora