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Esta vez, Jin corría con tropiezos por toda la calle hasta la entrada del colegio únicamente con el propósito de llegar más temprano que de costumbre, el sol ni siquiera se asomaba aun pero el estaba complacido de haber llegado antes que la mayoría.

— ¡Nam, Nam!— llamó al chico azabache frente a el que a penas caminaba con ligereza hacia el edificio donde ambos cursaban el último año antes de la universidad. Si, había llegado temprano por el y por que toda la madrugada estuvo ensayando su propuesta.

No, aun no tenía suficiente.

Namjoon suspiro pesado antes de siquiera escuchar.

― Namjoonie, ¿No te gustaría ir...?

Una vez más, se estaba rebajando por él, sin haberlo pensado dos veces habia comprado dos de los boletos para ese nuevo museo de arte que previamente había revisado que fuera del agrado del azabache. Y sí, lo habia hecho por el.

SeokJin lo conocía como el buen estudiante aplicado que le gustaba asistir a esos paseos guiados que de forma silenciosa lo dejaban disfrutar del momento. Así que estaba seguro que le encantaría.

Pero su cara demostraba otro tipo de sentimiento.

— SeokJin ya, no seas tonto y déjame llegar a clases. ― alegó tratando de dar un paso a la derecha para dejarlo atrás, la visión de Jin sobre el se estaba alejado mientras que Namjoon seguía su camino llegando con éxito a las escaleras.

Jin no dejó que diera un paso más volviendo a correr hasta estar parado en el mismo escalon que el suyo.

―... B-Bueno pero si no quieres ir ahí podemos ir a tomar un café o podríamos... ― Namjoon lo corto con un suspiro mientras volvía a excusarse.

― Estoy ocupado esta tarde.

El timbre de su voz sono algo más grave a lo que era habitual, como si fuera una órden y no un comentario. Al caminar por el pasillo, el frío viento de la madrugada lo obligó a seguirle el paso ― Tengo que estudiar. — dijo dando una curva por sobre sus talones hasta entrar al cálido salón de su primera clase, quitando su mochila de sus hombros.

SeokJin mordió el borde de su labio buscando otra idea. ― Podríamos, estudiar jun-

Namjoon realmente detestaba esa persistencia.

― No. ― Le grito moderadamente así callandolo por un momento, dejándolo como un niño regañado. ― No me interesa estar contigo. — dijo un poco más calmado esta vez, esperando a que fuera suficiente.

Y tal vez ya era suficiente. Por más que lo intentará, Jin no entendía ese odio irracional que le tenía, ya deberían dejarlo ir como a los demás en su amargura.

Si tan solo no estuviera tan enamorado, probablemente ya lo hubiera mandado al diablo.

Rodó los ojos y solto un soplido frustrado.

― ¡Namjoon por un demonio! ¡Dame una oportunidad! — le grito desde atrás llamando su atención y parando de nuevo su caminata hacia su casillero.

Así que cuando se lo imagino con el ceño fruncido y a punto de darle una patada, se reincorporó para volver a jugar con sus dedos, muerto de los nervios.

― ... Por favor, podre convencerte, Namjonnie. ― Dijo Jin resoplando sus palabras volviendo a rodar los ojos hasta acercarse a Nam, quien aun seguía algo petrificado ante la nueva reacción. — Escucha yo... no soy tan malo como tu crees. —

Jin en serio estaba suplicando, ese chico le hacia perder la dignidad en unos segundos, así que estaba rogándole como perro y eso estaba cerca de hacerle perder la paciencia al doble del tiempo en el que Namjoon lo hacía.

Esta vez en serio sería la última.

O en serio con todo el dolor en su corazón podría golpearlo en el rostro.

― Pierdes tu tiempo...

Aclaró Namjoon viéndole, dejando unos segundos silenciosos y llenos de presión a Jin mientras que esperaba una respuesta en aprobación o negación.

―... haz lo que quieras ― Y por primera vez Nam iluminó esos cansados ojos adornandolos con un bonito brillo que iluminaría a toda una nación.

Por primera vez en cinco años, veía la posibilidad de compartir un futuro con su chico de hoyuelos ilegales.

¿A quien le importa si se ilusiona tan rápido?

Nam le resto importancia a sus reacciones pensando que Jin haría más ridiculeces por él y continuó su camino mientras Jin corrió como un loco por el lado contrario del pasillo, dejandole con las palabras en la boca.

Una ligera brisa del patio golpeo su espalda haciendo reaccionar a Jin luego de que se detuviera en el otro extremo del edificio, jalo las mangas de su suéter y resguardo sus manos en ellas en el caminando directo a su salón con una sonrisa en su rostro mostrando sus blancos dientes, su cabello se movía a ritmo de sus alegres saltos.

Aún no tenía muy en concreto la forma en la que lo lograría pero haría lo posible para conquistarlo.

De todas maneras, el era Kim Seokjin, no habia imposibles.

suckerㅤㅤ੭ㅤㅤnamjinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora