Jimin estaba tirada sobre su cama. Los ojos le ardían y le dolía la cabeza. Había llorado tanto que ya no estaba segura si le quedaban lágrimas. Había llorado de enojo y de tristeza. De repente, todas las consecuencias de sus acciones la había arrollado como una gigantesca bola de nieve de la que no podía escapar. El remolino de sentimientos le golpeaba desde su interior, estaba enojada consigo misma por dejar que las inseguridades ganaran en su cabeza, se sentía triste por toda la situación, lastimada por el gesto de JungSook al dirigirle esas últimas palabras, pero sobretodo, se sentía decepcionada por haber herido a la persona que más amaba en el mundo.
Los días pasaron y Jimin se resignó a simplemente a ver a la castaña de lejos. No se sentía digna de volver a hablarle o pedirle perdón. No podía culpar a JungSook por no haberla querido escuchar, había desaparecido dos semanas y había saltado a conclusiones sin darle la oportunidad de hablar. Había sido la peor novia del mundo y cada que analizaba la situación sólo se sentía peor. Podía vivir así, observando a la castaña de lejos y pensar que tal vez había sido demasiado bueno para ser verdad. Para evitar darle vueltas al asunto, decidió que se dedicaría a sus obligaciones de tal manera que su cabeza no tendría tiempo para dirigir sus pensamientos hacia la castaña.
Nunca le había dedicado tanto tiempo ni atención a la escuela, pero parecía un buen método. Jimin se enfrascó en hacer tarea, leer todas las lecturas desde el momento que las dejaban y hacer tantas actividades extra como le fuera posible. Yoonji, la acompañó en el club de lectura sin hacer preguntas y Jin la invitó a unas clases de cocina a las que asistía por las tardes. Ninguno de sus amigos la cuestionó a pesar de que era evidente que tenían ganas de saber qué estaba pasando, no eran tontos, pero Jimin no se atrevía a contarles, decir las palabras en voz alta haría que todo fuera más real. Parecía que durante el día estaba tan inmersa en cumplir con todo lo que tenía que hacer nunca se le ocurrió que en las noches también tendría que pelear con sus remordimientos y culpa.
Casi todas las noches soñaba con JungSook, soñaba una mezcla de recuerdos sobre sus citas y momentos más alegres, y de manera definitiva, siempre terminaba con una réplica de la terrible escena del pasillo, JungSook observándola con un gesto mezcla entre dolor y enojo y Jimin observando cómo se alejaba de ella, sin que pudiera hacer nada al respecto.
Por esa razón, Jimin buscó maneras para evitar que sus sueños fueran tan vívidos. Como obviamente tomar pastillas para dormir estaba fuera de la cuestión (para comprarlas se necesitaba receta, dinero y probablemente ser alguien que no tuviera a su madre vigilando como halcón cada uno de sus movimientos), trato distintas cosas.
Primero intentó reducir sus horas de sueño, restringir el descanso hasta que su cuerpo no pudiera más, mantenerse despierta viendo videos, bebiendo café o picándose las costillas y dormir pocas horas, con la esperanza de que el cansancio callara sus estúpidos sueños. Sin embargo, eso no funcionó. Después, intentó hacer meditaciones, buscar videos de yoga, leer sobre cómo callar la mente y poner música con sonidos de delfines en el fondo cuando estudiaba, incluso le pidió ayuda a Namjoon, a quien le gustaban todas esas cosas. No funcionó.
Era evidente que aquello que la tenía así, yacía arraigado profundamente en su interior. Después decidió comenzar a hacer ejercicio, ante la sorpresa de Yoonji quien sabía que su amiga era muy floja. Para evitar situaciones incómodas buscó una actividad dentro de la escuela que no se practicara cerca de las canchas de voleyball y después de varios días de preguntar por lugares disponibles, logró inscribirse en el club de natación. El ejercicio ayudaba a que sus noches fueran planas, grises, sin sueños, aunque no siempre. No obstante la rubia sintió que era mejor que nada.
Otra cosa es que no podía soportar ver su rostro en el espejo. Verse era enfrentarse con todo aquello que no le gustaba de ella. ¿Cómo podía haber dudado de JungSook? ¿Cómo había permitido que las inseguridades se apropiaran de ella? Sin notarlo, esas mismas vocecitas que la habían llevado a esa situación fueron las mismas que susurraron que quizá no valía lo suficiente para estar con alguien como la castaña. Eso terminó con ella con un tinte negro y unas tijeras en el baño y con la intención de empezar a saltarse las comidas para bajar de peso. Tal vez si cambiaba por completo podría arreglar algo.
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#7 Rojo ❥ Jikookmin Two Shot
FanfictionPara resolver los problemas Jimin tendrá que enfrentarse consigo misma, así como descubrir que el amor requiere de trabajo y de paciencia para ser sólido y fuerte.