Parte 8

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Maribeth veía su nueva casa, unos conocidos le habían conseguido empleo y ahora le hacían el favor de ayudarle a instalarse, era una pequeña casita con dos recámaras, un baño completo, sala, comedor y cocina en un solo cuarto con una hermosa vista al mar, tenía un lindo porche con un columpio para dos personas viendo hacia el mar y una hamaca del otro lado. Maribeth estaba algo nerviosa, no sé consideraba buena haciendo amistades, pero el empleo prometía ser bueno, entraría como mecánica de maquinarias varias en una compañía empacadora de pescado. Tendría un día libre antes de comenzar su entrenamiento, era un pequeño pueblo, unos 300 habitantes que subsistían de la pesca o trabajando en la compañía, además de los servicios básicos. La empacadora prestaba servicios de atención médica, bomberos y servicio de transporte al poblado próximo una vez al mes a todo el lugar, era un pequeño pueblo muy pacífico con gente trabajadora, cálida y muy alegré.

Maribeth disfrutaba la vista al mar, el sonido de las olas mojando las suaves arenas todo el tiempo, sus conocidos le habían dejado bien instalada y hasta una pequeña despensa esperando lo mejor para ella, la visitarían en otra ocasión. Maribeth tomaba algunos medicamentos debido a un accidente de trabajo, nada grave en realidad pero eran para mitigarle el dolor en su brazo y mantenerla sana. Ella era una chica de piel morena muy bronceada, tenía varias marcas en los brazos y piernas debido a su trabajo con maquinarias de todos tamaños, 1.78 de estatura, su cabello muy corto tenía un mechón teñido en color morado al frente y se enchinaba un poco con la sal del mar, siempre con sus lentes de pasta cuadrados.

Una vez que sus conocidos se marcharon Maribeth cambio su ropa, al menos su pantalón de mezclilla, solía usar ropa grande y holgada, le era bastante cómoda, ahora usaba un short azul marino ligeramente arriba de la rodilla con su blusa blanca de mangas cortas. El aire le pegaba la ropa a ratos al cuerpo marcando ligeramente su figura pero la playa estaba completamente solitaria, las casas ahí estaban bastante dispersas unas de otras así que prácticamente no tenía vecinos. Maribeth camino por la arena, su rostro se iluminaba como el de una pequeña niña, era la primera vez que veía el mar y le pareció increíblemente hermoso y relajante aunque también extraño a su ex novio. Él le había prometido llevarla al mar y ahora sentía que ella lo traicionaba, suspiró y recordó que él ya no era parte de su vida, continuó caminando en la arena hasta que las olas mojaron sus pies, el agua estaba tibia. Maribeth volvió a sonreír viendo al horizonte la inmensidad del mar confundida con él infinito cielo azul que los cubría y agradeció poder disfrutar de ese momento.

Maribeth se presentó a trabajar, para entonces ya conocía a sus vecinos cercanos, quienes le ayudaron a conocer los alrededores y saber cómo llegar al trabajo. Ella iba vestida con jeans holgados y una playera polo a rayas amarillas horizontales con botas de trabajo, se presentó con su jefe que resultó ser una mujer también. Lucy era su jefa, otra chica soltera, muy ruda, tampoco le temía a las máquinas grandes e igual que Maribeth tenía algunos cortes sobre todo en los brazos por meter las manos en espacios pequeños.

Lucy capacitó a Maribeth en todas las máquinas diferentes, solo ellas dos debían encargarse de todo, los demás empleados estaban en las diversas áreas de producción, todos estaban uniformados con un mono enterizo de manga corta en color café oscuro con los logos de la empresa. Lucy invitó a Maribeth a salir con sus amigas, así tendría nuevas amistades y se conocerían fuera del trabajo, dentro no tenían mucho tiempo de platicar y conocerse. Maribeth acepto encantada, al salir del trabajo muchos se cambiaban el mono, otros solo lo amarraban en su cintura y así se iban, Lucy se había cambiado ahora llevaba unos jeans ajustados con una blusa a rayas azul y blanco de manga tres cuartos amarrada a la cintura y zapatos de plataforma negros.

- esperemos a las demás - dijo Lucy a Maribeth fuera de la fábrica.

Todos entraban a la misma hora y salían igual, solo los horarios de comida variaban por el pequeño comedor del lugar.

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